1001 juegos a los que hay que jugar antes de morir

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Gracias a la editorial Grijalbo y a la promoción del estudio Ingenio, llega a nuestras manos “1001 juegos a los que hay que jugar antes de morir” de la serie de libros del mismo nombre pero dedicados a otras artes como el cine o la literatura. Se trata de la traducción al castellano de un libro editado por Tony Mott, redactor jefe de “Edge”, una revista especializada en videojuegos bajo un punto de vista serio y con rigor, que otorga a este tipo de arte todo el reconocimiento que se merece desde que entrara en nuestras vidas por primera vez allá por los setenta, especialmente en las de aquellos que se sumergen en cada historia o guión. Para aquellos que interactúan con los personajes como si fueran amigos suyos de toda la vida y esperan ansiosamente la salida de cada título, aunque para los demás pueda resultar un poco extraño.

Porque hay que reconocer que al principio aquellos que andaban todo el día enganchados a esta tecnología eran tildados de tipos raros, pero el crecimiento, la evolución y la popularidad de los videojuegos ha sido tal en los últimos treinta años que hoy en día es una de las industrias más fructíferas, solventes e incluso ricas que existen en el mundo.
Pero, centrándonos en el libro que ahora nos ocupa, “1001 juegos a los que hay que jugar antes de morir” es un título cargado de detalles y matices que repasa década por década algunos de los mejores juegos de todos los tiempos. Aquellos más imprescindibles (aunque quizás abarca más de lo que debería y algunos irán pasando a segundo plano a medida que vayan avanzando los años). El libro empieza con una introducción del propio Tony Mott en el que describe su pasión a lo largo de los años por este arte. Un apasionado de los videojuegos que lleva veinte años dedicado profesionalmente al ocio digital interactivo y que, en las últimas tres décadas calcula que ha jugado a 20.000 títulos diferentes. Pero en la publicación aparecen también treinta y siete colaboraciones de especialistas en el sector, desde escritores, hasta fundadores de distribuidoras o responsables de editoriales de algunas revistas. Incluye el prefacio de Peter Molineux famoso desarrollador de videojuegos.
Nos topamos con un extenso índice con todos los títulos compilados en un libro de casi mil páginas, en una tarea magnánima con una portada que en la versión anglosajona homenajea a Pac-Man y en la española hace referencia a los históricos Space Invaders.

Cada página incluye un juego en el que se describe el año de lanzamiento, la plataforma, el nombre del resarrollador y el género. Así en la época de los setenta nos encontramos con títulos como el histórico Pong, Combat, Space Invaders, Asteroids o Lunar Lander. En los ochenta juegos como Battle Zone, Rogue, Pac-Man, Donkey Kong, The Hobbit, Dragon’s Lair, Crystal Castles, Paperboy, Spy vs. spy, Dejà Vu, Ghosts ‘n Goblins, Super Mario Bross, Tetris, Alex Kidd, Kid Icarus, The Legend Of Zelda, Double Dragon, Shinobi, Ghouls n’ Ghosts, SimCity, Pang o Prince Of Persia, entre otros. En la década de los noventa imprescindibles como The Secret Of Monkey Island, Out zone, Eye Of Beholder, Super Mario Bross 3, Civilitazion, Lemmings, Sonic The Hedgehog, Final Fantasy V, Alone in the dark, Mortal Kombat, Street Fighter II, NBA Jam, Doom II, Sub-Terrania, Warcraft II, Quake, Resident Evil, Tomb Raider, Age Of Empires, Castlevania, Diablo, Gran Turismo, Snake, Grand Prix Legends, Metal Gear Solid, Starcraft, Grand Theft Auto II, Silent Hill o EverQuest. Algunos de ellos más destacables que otros según el punto de vista. Los destacados parecen haber sido escogidos al azar y su fotografía ocupa una página o dos, según el caso. Los menos destacados ocupan solo una página o no llevan imagen. Cada década en el libro viene precedida por una pequeña introducción con los acontecimientos más relevantes relacionados con la industria del videojuego.

Casi la segunda mitad del libro está dedicada ya a este siglo, hecho que nos parece quizás demasiado excesivo y que da la sensación de que la publicación se ha estirado para llegar a los mil títulos fuera como fuere. Aún así de esta nueva década se destacan juegos como Deus Ex, Skies of Arcadia, The Sims, Final Fantasy X, Max Payne, Halo: Combat Evolved, Battlefield 1942, Mafia: The City of Lost Heaven, Shinobi, Call Of Duty, Pro Evolution Soccer 3, Zuma, Castlevania: Dawn of Sorrow, God of War, F.E.A.R, Fable, Guitar Hero, Nintendogs, The Movies, The Warriors, Gears of War, The Elder Scrolls IV, Wii Sports, Rayman Raving Rabbits, BioShock, Crysis, Mass Effect, Profesor Layton y la villa misteriosa, Singstar, Uncharted:Drake’s Fortune, Wii Fit, Fallout 3, World of Goo, LittleBigPlanet, Assassin’s Creed II, Batman: Arkham Asylum, Demigod, Bayonetta, Flight Control, Fuel, FIFA 2010, Machinarium, Killzone 2 y Plant vs. Zombies, entre otros.

El libro acaba con el nombre de todos los colaboradores y una larga lista de desarrolladores a los que se hace referencia en el mismo. Es cierto que es una edición anglosajona, pero también es verdad que en un recopilatorio como este se echan de menos más títulos japoneses por ejemplo y hay que añadir que si se hubiera tratado de una publicación nacional, hubiera sido obligatorio incluir el trabajo que hicieron en la década de los setenta y ochenta estudios españoles como AD o Topo Soft por ejemplo (de los años del Spectrum), aunque ya trataremos de recuperar su labor a través de estas páginas en otra ocasión.

En definitiva “1001 juegos a los que hay que jugar antes de morir” es un libro interesante por la ardua tarea que han llevado a cabo sus autores y se trata de una excelente guía tanto para los que están familiarizados con este mundillo como para los más curiosos que día a día se acercan al cada vez más extenso universo del videojuego.