Live
Alex
Torío | Twelve Bar | Londres | 3-1-2001
Denmark Pl. es un pasaje londinenese empedrado y angosto
que pugna por ser ignorado en pleno corazón del Soho.
En el número 22 los muros rompen su asimetría
para dar cobijo al Twelve bar, especie de abertura lóbrega que
sirve de entrada a la patria de los condenados sin remisión al
severo, exigente y excelso arte de la música. Los niños
perdidos se reconocen en su urgente necesidad aunque no hablen la misma
lengua por ello el equipo de Popchild y la grandísima Tracy, fundadora
de la discográfica inglesa Dreamy records se hermanaron el día
3 de enero para perpetrar en el Twelve en forma de concierto lo que sin
duda fué el anticipo de uno de los trabajos más interesantes
del panorama musical internacional.
El artífice se llama Alex Torío
y "Last year's man" su próximo disco es el fruto que
le consagra como conocedor de la sutil diferencia entre tocar bien y componer
aún mejor. Su música es dificilmente definible y las fuentes
de las que se ha nutrido van desde Leonard Cohen hasta Serge Gainsbourg
o Neil Young.
La publicación inglesa TimeOut se encargó
de refrendar este hecho y el referido jueves a las 21:30 h todo el público
allí congregado pudimos comprobar como las comparaciones realizadas
por el magazine entre Torío y músicos de la talla de Tom
Waits no eran en absoluto gratuitas. La ceremonia se abrió con
el tema "Man of the year" perteneciente a su próximo trabajo y
se cerró con "Meet me at the circus" del disco "Beautiful lie".
Entretanto y escuchando temas como "Moon on the
wane" o "Play it down" uno no tiene por menos que preguntarse si Torío
no habrá sido en realidad un cachorro amamantado con whisky y mecido
por las corrientes más turbias del rio Mississpi. No es posible
encontrar motivo más verosimil para justificar su voz rota y la
profundidad que logra transmitir a través de letras compuestas
en inglés, verdaderas manifestaciones de lirismo que destilan altas
dosis de melancolía y perversidad.
Con "And moreover she's a beautiful thing" y
"All the good you've done" el hechizo llegó a su consumación;
la atmósfera del local se espesó y todos fuimos atrapados
por el flujo de corriente emitida desde el escenario.
No hay duda, el universo de Alex Torío
es un territorio inhóspito difícil de aprehender y plagado
de matices y sensibilidad.
Esa noche asistimos, en definitiva, a la composición
de un círculo perfecto de principio a fin, la extraña mexcla
de transparencia y opacidad que impregna todas sus composiciones es irresistible
y a pesar de la mayor o menor sintonía con determinadas corrientes
musicales es imposible que el trabajo de este autor nos deje indiferentes.
La luz de Alex Torío atraviesa las paredes y eso es motivo más
que suficiente como para encender la curiosidad de cualquiera.
Aquellos impacientes que gusten de deleitarse
con música de la mejor calidad están de enhorabuena porque
el concierto fue grabado por la BBC y será emitido con entrevista
incluida a través de Onda media, os mantendremos informados a este
respecto.
"Last year's man" es una obra conceptual y coherente
que verá la luz a mediados de la primavera a través de Popchild
que aún siendo una compañía discográfica simboliza
una verdadera declaración de intenciones y desde luego un modo
único y diferente de sentir y entender la música.
Si como dice Henry James al margen de la oscuridad
que nos rodea sólo existe la demencia del arte, Torío es
uno de los focos que dispersa las tinieblas.
Alex nos mira.
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