Moda : Qué bueno ser cabezón

 



Qué bueno ser cabezón

Soy pesada con esto de los sombreros, pero es que creo que es una mina de oro para el estilo que la gente se pierde. Tampoco es que haya muchas sombrererías. Una de las más conocidas está en la calle Boqueria, y tiene desde gorras escocesas sharps hasta boinas vascas. El problema es que al ser una tienda te da más reparo dar rienda suelta a la imaginación, a ese animal que todos llevamos dentro y que hace que en la sección de sombreros de El Corte Inglés nos probemos una pamela que ni Ivana Trump yendo de cóctel. El asunto es, lo diré una vez más, llevarlo con convencimiento. Como todo.

 

Modelo 1
Sombrero de copa o top hat. Vestido por siniestros, góticos y otros descarriados y excéntricos. Esta semana pasada, por los alrededores de la calle Ferran, paseaba una comparsa de varios chicos y chicas vestidos con ropas más o menos normales pero con sombreros de copa en la cabeza. Rápidamente pensé en las hipótesis de tal atrevimiento: promesa a la virgen, patrocinador excéntrico o simple tontería entre amigos. Es un sombrero bonito pero los de calidad son muy, muy caros. Sacado de contexto es claramente un sombrero para llamar la atención, y eso no mola mucho, es demasiado gratuito.

Modelo 2
Sombrero de peregrino o pilgrim. Un homenaje a la estética mormona, ahora que está tan de moda Salt Lake City (en realidad esa población siempre ha sido fuente de inspiración y cuna de grandes movimientos, a cada cual más extremo). Como aquí en España no hay preachers, no creo que te nadie te llame la atención; como mucho una de esas parejas de rubitos trajeados de negro que pasean con mochilas a la caza del incauto. Es un sombrero como de personaje de dibujo animado. El principal mérito está en encontrarlo, porque no es un sombrero europeo.

Modelo 3
En el catálogo constaba como el modelo gángster, pero yo le veo la ala muy ancha; quizá sea al estilo de mafioso de Miami con plantaciones clandestinas, a lo Hyman Roth en El Padrino. Me sobra el pliegue del lazo. Bastante guapo con traje blanco, por supuesto. O camisa hawaiana
.

Modelo 4
El sombrero alpino tiene en realidad formas redondeadas y parentesco con los modelos de Philippe Treacy. La pluma la mandas a tomar viento y te quedas con el modelo pelado, que te da un aire entre Robin Hood y princesa prometida que es la leche. A mí el sombrero de caza siempre me recuerda a esa maravillosa película que es La escopeta nacional.

Modelo 5
El modelo bombín o derby es mi preferido; lo llevaba Poirot, lo llevaba Alex y sus drugos, lo llevaba Tom Waits y, mecachis, lo lleva Joaquín Sabina. Lo vistió también Jersy Walowsky, el personaje caradura de The Young Ones. Y es que es el más discreto y el que mejor favorece a las facciones. Así, eres más feo que pegarle a un padre pero te pones el bombín y de golpe ya tienes un aire interesante. O no...
Modelo 6
En el catálogo le llamaban pork pie, pero ni de coña eso es un pork pie. Que se lo pregunten sino a cualquier mod. El pork pie es redondeado, con hendidura central, ala muy corta y cinta muy ancha. Y puede ser negro o gris. Un sombrero maravilloso, difícil de encontrar y, de nuevo, caro. Pero busquen, que el que busca siempre encuentra.

Por: marta@popchild.com