Live

Nacho Vegas | Roxy Club | Valencia | 2003-05-31

Nacho Vegas y las esferas invisibles

La soledad de un cantautor que fué rockero, que experimentó con guitarras, y que llegada cierta edad abrazó las influencias del folk de Dylan y compañía para encontrar en él un perfecto ayudante para exteriorizar sus miserias...La soledad de Nacho Vegas.
Una soledad que se deja querer o decorar por unas esferas invisibles que se encargan de respaldarle en sus discos y en su puesta en escena.
Y lo hacen realmente bien.

Nacho Vegas y sus esferas visitaban Valencia en una de sus escasas fechas estatales, para brindarnos un repertorio de dolores , miserías y alguna que otra alegría cantable, o coreable en clave de folk- rock y con muy buenas letras.
Y es que haber parido un disco como cajas de música difíciles de parar no es fácil, sobre todo cuando sabes que se te va a tachar de pretencioso y ambicioso en un panorama de cantautores con tintes modernos escaso, y precario. Pero bueno, procuraremos caminar al margen de este tema tan puesto en boca de todo el mundo ya......

Su puesta en escena y la ejecución de los temas fueron mejorando a lo largo de todo el concierto. El principio, pese a lo potente del repertorio, fué flojo :se les notaba fríos y lejanos... pero más allá de la sexta canción empezaron a llegar a niveles muy altos de interpretación y entrega. Pese a todo , a Nacho Vegas se le notó distante e incluso ajeno en alguno que otro tema, así como mucho más distendido entre canción y canción que en ocasiones anteriores. Se abrazaron al repertorio del nuevo disco y dejaron abandonadas grandes canciones de su primer trabajo. Se echaron en falta "seronda" y otras joyas inexplicables, pero pese a todo consiguieron brindarnos un repertorio coherente, variado, y contundente que acabó por mejorarse por sí sólo, teniendo como punto álgido las canciones "sólo viento", "En la sed mortal" y "la duermevela" , canción con la que se despedían por primera vez de un público atento y expectante. Cómo no, volvieron para finalizar con un pequeño puñado de canciones más y marchar más tarde.. pero esta vez para no volver.

Intenso concierto de folk contaminado de Rock y distorsiones puntuales guiado por este señor de cabellos largos, pero eso sí... algo corto. El romanticismo asfixiado de Nacho Vegas había flotado ya durante poco más de una hora por las bocas de una sala llena, que empezó escéptica y acabó más entregada.
De todas formas, la exteriorización de emociones en tales eventos suele ser precaria... suele permanecer silenciosa en el estómago de los presentes. Así que allí estuvo, observando detenidamente a un Nacho Vegas que ya no sabrá cambiar, a un Nacho Vegas que ahora corre solo y se arriesga, a un Nacho Vegas con chaqueta a rayas que sigue en pié y que comparte una soledad ambigua con unas esferas que a veces permanecen invisibles, y otras se dejan ver el flequillo...

La soledad de Nacho Vegas, la soledad del corredor de fondo.