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Piano Magic | "Speed the road, rush the lights EP" | Green Ufos | | 2003

Si algo ha caracterizado a lo largo de todo este tiempo a la banda de Glen Jhonson y cía, es el tratar de encontrar una forma singular de transmitir emociones a través de canciones complejas.
Años de peregrinaje les ha costado, por terrenos poco usuales, tratando de encontrar una fórmula que sirviera a modo de compendio: una fórmula que fusionara todos esos sentimientos un tanto oscuros pero teñidos de melodías bonitas, y los hiciera potentes en canciones poco ortodoxas: años hasta llegar al "Artsit’s rifles", disco que sirvió de punto de encuentro y que ayudó a entender de una forma más coherente y compleja lo que Piano Magic trataban de transmitir, todas esas canciones que habían madurado solas , a través de una dinámica compositiva feroz, y que habían llegado a cuajar una formula característica para la banda.
Desde entonces, la formula fue ejercitada, y todos los discos publicados posteriormente, remitían a ese punto de inflexión en la carrera de Piano Magic, ese punto en el que lo onírico se cuela por debajo de la puerta y sirve para ambientar las noches en las que tienen lugar las peores tragedias, o que simplemente sirve para caminar por la calle con una visión del mundo totalmente desfigurada, teñida de melodías cojas y verdades demasiado sinceras.
Un mundo de ensueño.
Un sosiego engañoso.
Una niña con flores.
Un columpio que suena fuerte.
Y una intensidad emocional que patalea de forma silenciosa.

En esta nueva entrega, Piano Magic vuelven a dosificar tres piezas que se debaten entre la calma y los crescendos intensos, y que no pierden de vista a una tensión subyacente en todas las canciones, solapada a cada nota, a cada tempo. Intentan tejer un mundo atemporal, de fábula, en el que las voces aparecen en la habitación a oscuras para confesar melodías mentirosas que dicen verdades, para cantar canciones con letras difíciles de oír, o para callar mordiendo dientes. Parajes cercanos al ya mentado "Artist’s rifles" o al menos lejano "I came to your party dressed like a shadow",pero encontrando nuevos matices en las formas, variando la esencia de forma sigilosa.
Tres únicas piezas que dejan la boca agridulce pero con ganas de más de eso que hemos estado probando durante la escucha, con ganas de guitarras singulares y arreglos imprevisibles y unas voces que seducen a la dulzura y la rabia por partes iguales.
Lo onírico vuelve a reinar en el equipo de alta fidelidad, y la complejidad ha sido perseguida a lo largo de todo el trayecto, tras el que si reflexionamos, concluiremos que:
Es cierto, tres canciones son pocas ... pero que levante la mano aquel que no quiera sentir como que sueña durante algo más de 17 minutos.


“Speed the road, rush the lights EP”






Por: Sergio M  


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