post-rock

Balago | "El Segon Pis" | Foehn Records | | 2004

¿El post-rock ha muerto? Si bien es cierto que ha habido unos años en que esta era una etiqueta que “vendía” y que al rebufo de los crescendos y explosiones de Mogwai, GY!BE y demás se colocaron muchos, no menos verdad es que en este momento post-rock es sinónimo de aburrimiento.
Evidentemente, ni todo lo que llevaba esa marca era emocionante, ni todo lo que la lleva ahora es soporífero, pero en líneas generales, es una etiqueta de la que los grupos huyen. Con su anterior trabajo, “Erm”, Balago se situó en el grupo de cabeza de la escena post-rock nacional, al lado de Ursula y 12Twelve, aunque su discurso fuera más lineal, no se basara tanto en el esquema calma-tempestad y estuviera matizado por toques electrónicos. ¿Y ahora?

Su ahora es “El segon pis”, segundo trabajo, hecho en un segundo piso, y casi en exclusiva por dos de los miembros, David Crespo y Guim Serradesanferm, el primero más centrado en la parte guitarrera y el segundo en la electrónica. Pero han contado también con la guitarra del tercer miembro estable del grupo, Jordi Soldevilla, y ampliado el repertorio con la presencia de algunos amigos más encargándose del bajo, de la batería, del chelo y hasta de un acordeón. Una apertura a una instrumentación más tradicional que combinada con un salto cuantitativo (y cualitativo) electrónico hacen de este disco algo único en el panorama patrio.

Evolución. Esa es la palabra, una evolución natural, sin traumas, con temas puente como el que abre el disco, manteniendo los títulos crípticos, la ausencia de voces, los paisajes desolados y la cámara lenta, pero buscando nuevas sensaciones, alternando canciones de desarrollo pausado con temas de poco más de dos minutos, iguales cotas emocionales sin necesidad de esquemas férreos. Crepitaciones inesperadas, electricidad quebrada, aullidos digitales mezclados con desgarros de guitarra, silencios, esquinas donde se esconden destellos de luz, melodías hermosas que crujen al partirlas con disonancias imposibles.

“El Segon Pis” son cuarenta minutos para soñar, para sorprenderse con la capacidad de un grupo para conmover con guitarras y programaciones. Esta no es música para tener de fondo, es rock crepuscular y electrónica inquietante dialogando, y hay que estar atento, porque Balago tienen, y van a tener, mucho que decir.


“El Segon Pis”






Por: Tiago Cotes  


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