Live
Air | Producciones Animadas/Razzmatazz | Barcelona | 2004-03-23
Tras un par de estancias pasadas en nuestro país, la primera de ellas, coincidiendo con la aparición de su primer disco (aparte "Les Premiers Symptomes") como fuera "Moon Safari", allá a finales de los noventa cuando aún eran bastante desconocidos. Y otra, coincidiendo con la publicación de "10.000 Hertz Legend" y con disco póstumo a la banda sonora de la película dirigida por la lánguida Sofía Coppola, "Las Vírgenes Suicidas". Nicolas Godin y Jean Benoit Dunckel, visitaban por tercera vez nuestra ciudad, que no nuestro país, puesto que los pudimos ver hará un par de años sobre el escenario del f.i.b. Esta vez, la excusa era la publicación de "Talkie Walkie", un álbum que se ha catalogado como una vuelta a los inicios del popular dúo de Versalles, tras recibir no muy buenas críticas de su antecesor, demasiado atmosférico para algunos.
Así pues Air venían a presentar este nuevo álbum del que tocaron gran parte de los temas con apogeo en "Cherry Blossom Girl" o "Alpha Beta Gaga" por ejemplo, y en el que no faltaron hits como "Kelly watch the stars" o "Sexy Boy" que sirvió de colofón al par de bises que ofrecieron esa noche, ante una audiencia del todo entregada, en el que podíamos contar con todo tipo de público, desde el individuo más fashion, al porrero de turno, encandilado por la electrónica. De todos modos, no me cansaré de repetir que formaciones como estas es mejor disfrutarlas en la cadena del coche durante un largo y bonito viaje, o tumbado en el sofá de casa, mientras cerramos los ojos y disfrutamos de temas como "Playground Love". Aunque, la ocasión era digna de ser vivida, sobretodo para corroborar que este par de franceses están en buena forma y que todavía les queda cuerda para rato con que regalarnos canciones exquisitamente bellas.
Puede que este año les veamos de nuevo en el entarimado de algún festival veraniego, en el que contrastan rotundamente, por la elegancia de sus formas, por el entalle de sus movimientos y la clase con la que Godin se despide de su público, como ocurrió este veintitrés de marzo del año que nos ocupa. Mientras Dunckel se le acerca y hacen una reverencia como si del epílogo de una obra de teatro se tratara.
Permaneceremos entonces, a la espera de nuevos detalles sobre su gira, en la que cuentan además con un magnánimo batería que marca el compás de las melodías surgidas de los vocoders, samplers y teclados, con un peso muy remarcado en escena. Y de un teclista situado al extremo izquierdo del escenario que hace las veces de auxiliar en otro tipo de acompañamientos, creando un clima de distendida armonía.
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