Live

Ash | Iguapop/Sala Arena | Madrid | 2004-11-12

La Sala Arena estaba a medias, con un público referenciable a clichés por doquier y la consabida parroquia británica, que no suele faltar a las citas que le puedan hacer sentirse en casa. Qué dura es la vida del emigrante.

Ash a estas alturas son, en mi opinión, una apuesta de futuro fallida, quizás bastante más que injustamente, empantanados en su propia falta de explosión; una banda con el eterno colgajo de haber sido "Best New Band in Britain" y no haber pasado de ahí muchos más pueblos de la campiña.

Hubo un tiempo en el que todo hacía pensar en que se convertirían en los nuevos [X] (sustitúyase la X al gusto por cualquier grupo de gran prestigio y discografía, procedente de la pérfida Albión), pero hoy, a la vista de que las revistas inglesas ofrecen nueva carnaza hype semana a semana, no se me ocurre otra posibilidad de hacer una portada que la que pase por un hit de esos que pueden sonar en algún capítulo de O.C., pero todo es posible.

Los que ya los hemos visto en directo en muchas ocasiones, entre el menú de cualquier concierto o festival, podemos observar que su crecimiento o evolución se ha centrado en un poquito más de energía impresa a sus fraseos de guitarra y un poco más de flow a la hora de interpretar, aunque no descartaría la posibilidad de un cierto amargor, pues los años pasan y no consiguen llenar Arena y ya van N intentos. Incluso diría que han perdido unos cuantos diputados respecto a elecciones precedentes. Las cosas de los conciertos, o no hay o son todos el mismo día.

Desde luego que el grueso del concierto es un ejercicio de solvencia formal, las estructuras musicales están perfectamente cuadradas y estudiadas para mayor lucimiento de Tim Wheeler y su palmito, frontman consciente de su atractivo masculino, que no duda en apoyarse en él para llevar a buen puerto la actuación y basa tal masculinidad en un despiadado rasgueo de guitarra, insólito, pero efectivo.

Para muestra de cierto giro intencional un botón: el logotipo del grupo que aparece en portadas y camisetas ha pasado de formas redondas a letras del tipo tatuaje tribal. Maquillaje de agresividad, dentro de los parámetros pop, para "Meltdown", el trabajo que sirve de excusa para tenerles de nuevo por aquí y que no está demasiado aprendido por la gente, lógicamente, restando ese poquitín necesario para que el concierto ligase como una buena mayonesa.

Así, los momentos de comunión con el respetable fueron escasos en tiempo y entidad, salvo en un "Girl from Mars" reservado al bis, que dejó a la comunidad con ganas de mas.




Por: Pedro Hermida/Fotos: Irene Barquín  


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