Electro Indie
Piney Gir | "Peakahokhoo" | Truck Records | Dock | 2004
Cuando un pavo real abre majestuoso su cola y muestra su bello plumaje, todo el mundo queda anonadado ante tal esplendor de belleza provinente de una simple ave. Pero el pavo real esconde en su interior algo más que todo eso, el pavo real es fuerte y puede llegar a ser agresivo si es atacado de una forma o de otra, aunque sea noble y altivo.
Quizás sea así como se sienta Angela Penhaligon's, y por ese motivo decidiera dar forma a su alter ego, Piney Girl. Un proyecto arriesgado que brotó de la cabeza de esta americana que recientemiente vive en Londres, y que ha formado parte de bandas como The Schla La Las, The Orf Orchestra o Fun-Sized Lions, un nuevo proyecto en el que se combina el synth-pop con la psicodelia.
"Peakahokahoo" es el primer disco de esta mujer como Piney Girl. Un trabajo que ella misma se apresura a catalogar como "electro-country big band", según sus propias palabras. El disco es una joya atemporal que nos puede llevar a décadas pasadas, con sonidos sosegados ambientales, que te adentran casi en un sueño, cosa que tan solo está relegada a grandes figuras que a día de hoy ya tienen un nombre importante (estoy hablando de cierta islandesa...). Su música suena a banda sonora, a serie de los sesenta, a musical. Pero de repente, como esa fuerza que desata el pavo real si es atacado, desata una energía desbordante que nos atreveríamos a decir que la relega al eletro-clash. Un trabajo lleno de imaginación, difícil de catalogar y que sorprende escucha tras escucha, por su asombrosa riqueza de matices.
Por eso el disco puede saltar de un extremo a otro, como ocurre en su inicio, con una delicada voz y unos acordes que nos devuelven aquel mítico tema de Doris Day, "Que sera sera", para lanzarse de un grito sobresaltado a "Girl" de rabiosa sonoridad clubbing. No sin haber pasado antes por el tema que abre el disco "Boston" en el que ya nos topamos con ese teclado moog que irá apareciendo a lo largo de todo el disco, y en el que aparecen también cajas de ritmos y otras maquinitas. Otro tema oscuro, lo encontramos en "Creature", que nos devuelve un lado de la electrónica entre retro y oscura, y en el que experimenta también con las voces, con los transformadores y demás aparatos distorsionadores. Automáticamente le sigue una versión de "My Generation" de The Who, al que le da un giro total, convirtiendo la canción en un grito neo-punk-electro, subiendola incluso de revoluciones y añadiéndole de nuevo distorsión a las voces. "La la la" resalta por sus guitarras y también por sus coros femeninos, así como por un sonido que lo envuelve en una aureola bizarra y contundente a la vez que alegre. En "Greetings, Salutacions, Goodbye" ya se adentra en ese alt-folk, muy cercano al country que le da una vuelta más a su discurso. "K-i-s-s-i-n-g" empieza con el sonido de un acordeón y es quizás la más cercana a los sonidos celtas o del norte de Europa, al aparecer también chelos y violones. "Sweet" sigue con la dulzura, pero con toques más bossa. "Nightsong (Featuring Simple Kid)" nos recuerda a esos musicales de los sesenta, en los que a la voz femenina le hace contrapeso una masculina. "Ruth is coming to America", está basada totalmente en los ritmos de un teclado. "Jezabel" nos devuelve al sonido sucio de los clubs, y "Janet Schamanet" cierra el disco como una preciosa melodía pop en la que el moog no abandona.
Por el preciosismo de sus formas y melodías que incluso podríamos clasificar como el hecho de meternos dentro de un mágico cuento en el que ocurren las más maravillosas aventuras, recomendamos esta pieza como algo único que todo buen sibarita debería poseer. Una perla en medio del mar de la cultura independiente.
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Peakahokhoo
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