Film

Dolls | Takeshi Kitano | Japón | 2003

Kurosawa, Kitano y Kusturica. A primera vista estas tres palabras solo se asemejan porque empiezan por la letra K. Pero se parecen más que tan solo eso... Son tres directores cinematográficos que abordan temas muy intimistas de una manera sutil. Son tres almas que se alejan de la complejidad para acercarnos a situaciones que bien se pueden parecer al mundo actual.
Estos tres directores nunca han dudado a la hora de arriesgar y resultado es el gran éxito que han cosechado.
Kurosawa es veterano en esto y Kusturica va camino de conseguirlo. A Kitano, en principio, lo recordamos por sus apariciones como actor en filmes norteamericanos: Feliz Navidad Mr. Lawrence, Johnny Mnemonic, Five of them... pero también lo recordamos como director principiante en Hana Bi y Violent cop.
Hace poco lo conocimos muchos de nosotros con su película El verano de Kikujiro, donde como si De los Apeninos a los Andes se tratara, un niño (podría ser Marco) va en búsqueda de su madre. Film muy aclamado en diversos festivales europeos.
Si hay algo que caracteriza a los directores japoneses es el tratamiento del paisaje y el color para transmitir emociones. Japón es el sitio ideal donde paisaje y color se fusionan perfectamente: inviernos blancos nevados. Veranos verdes montaña y azules mar. Primaveras blancas con los cerezos en flor. Otoños rojizos, anaranjados, ocres...árboles en distintos colores y formas.
En Dolls, Kitano nos cuenta una historia de amor a través de las cuatro estaciones. Amor con final trágico.
Junto a esta historia principal se desarrollan dos historias paralelas, también de amor y cuyo final tampoco es feliz.
No parece muy alentador, no, pero su tratamiento del paisaje y del vestuario (Johji Yamamoto) hace que por lo menos haya algo bello y místico en tal trágico final. La historia principal es la de los vagabundos atados. Una pareja unida por una cuerda y el amor en búsqueda de la felicidad. Otra historia es la de la vieja mujer que va cada sábado al parque a esperar al amado que se despidió de ella en ese mismo sitio hace ya mucho tiempo. La última historia es la de la cantante pop retirada a raíz de un accidente que le transfiguró parte de la cara y que recibe inesperadamente la visita de un fan. La historia de los vagabundos está inspirada en los cuentos de marionetas del tradicional teatro Bunraku.
Un apunte final: la banda sonora corre a cargo del maestro HISAISHI. Músico muy prestigioso en el país nipón.

Por: susi_shu  


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