Live

Mark Eitzel | Colegio Mayor Luis Vives | Valencia | 2003-04-30

Realizar la crónica de un evento en el que te puedes llegar a implicar un trescientos por cien, no es algo fácil. Aún así, trataré de hacerlo de la forma más justa posible y narraré los hechos como se supone que realmente han ocurrido, debido a que la enajenación personal se mezcla con la realidad y da como resultado un puñado de conclusiones difusas . En fin...
Mark Eitzel se enfrentaba puntual a un auditorio lleno de gente expectante y ansiosa de ver el directo de este hombre de grandes manos y presencia considerable.
Su estado: nervioso, o simplemente dicharachero.. tal vez una mezcla de ambas...Sus pertenencias: dos guitarras, una botella de vino, una chaqueta y una corbata...Sus canciones: tremendamente descarnadas a la par que hermosas.
Sólo con ésto, se medía Mark Eitzel a un público entregado y lleno de ganas de ver a uno de los mejores artistas de Acuarela o, al menos, uno de los más rodados...
Mark Eitzel supo estar, “echó mano” de tablas, e incluso incluyó quejas políticas contra el mundialmente adorado presidente de los Estados Unidos. La emoción le poseía hasta el punto de tener que levantarse de la silla, e incluso tocar sentado al lado del público en alguno de los temas de su repertorio.
Y es que nadie le puede decir a este señor de barba que él faltó a la escuela de cómo transmitir en un concierto. Ante los fallos técnicos( una de sus guitarras fallaba intermitentemente ), supo librarlos con tal naturalidad que todos supimos esquivar ese sentimiento de sufrimiento que se suele tener cuando algo va mal. Cuando todos pensamos que adoptaría una postura asocial, Eitzel estuvo muy hablador -a veces incluso en medio de canciones, hecho que rompió el clímax de algún que otro tema- y que no es muy de agradecer, aunque la belleza de las cnaciones y la calidad notable de interpretación deslumbraron a los allí presentes, permitiendo el breve olvido de esas roturas surgidas de la naturalidad y la incontinencia emocional. La complicidad entre artista- público estuvo presente a lo largo de todo el concierto, hecho que él agradeció reiteradas veces, y factor que le hizo sentirse más cómodo en algunas de las canciones, en las cuales incluía trozos a capella marcados por un tempo guiado por sus aparatosas botas negras.
Tras una hora y poco de éxtasis y cuerpos sin respiración adornados con chispas de humor, Eitzel nos dejaba para volver no sabemos cuando y con el cuerpo satisfecho...
Eitzel, o el arrancacorazones con corbata, nos llenaba el pecho de sensaciones conocidas pero nunca aprendidas.




Por: SergioM  


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