Dressy Bessy
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Kings of Convenience
"Toxic Girl"
Masters of the Hemisphere
"Meteor"
Of Montreal
"It's a very starry night"
I am The World Trade Center
"Metro"
Call and Response
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Dressy Bessy | www.dressybessy.com | Kindercore

Desde Denver viene Tammy Ealom con su pop guitarrero azucarado y ligeramente sombrío, quizás por la languidez de la voz de la Ealom. Secundada por John Hill (Apples In Stereo) a la guitarra, Tammy está en nómina de Kindercore desde el LP “Pink Hearts Yellow Moons” (1999) donde el estribillo y las acústicas de “Lookaround” destacaban en el gris conjunto de riffs a lo Veruca Salt (“Little TV”). En “The California EP” (2000) su repertorio se dio un muy beneficioso baño de sol a pesar del obvio estribillo de la titular (“If we go there this summer / I’ll wear a flower in my hair”).

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Dressy Bessy | "Sound Go Round"

Mezclando melodías con reminiscencias sixties y garagepop, estribillos pegadizos y golpes de guitarra de destacable protagonismo, Dressy Bessy acaban de publicar "Sound Go Round", su segundo álbum. Procedentes de Denver, este cuarteto con voz femenina al frente (Tammy Ealom), Rob Greene al bajo, Darren Albert a la batería y con John Hill de Apples (In Stereo) a la guitarra no dudan en mezclar languidez y divertimento a partes iguales. Ofrecen canciones en las que, bajo una base rítmica sin acelerones y adornos procedentes de arreglos de teclados, notas desgarradas de guitarra perfilan las melodías de los trece cortes del disco.
Todo ello con texturas cercanas a unos primeros The Breeders ( escuchen, si no, "I saw cinnamon" o mi preferida "Carry-On"), a unos Fastbacks a medio tempo ("There's a Girl") e incluso temas de sabor pop y sazonados con enormes melodías como "Oh Mi Amour" o "Big to Do".
Disfrutables al cien por cien, sin duda Dressy Bessy destacan como uno de los proyectos de pop más interesantes de la escena underground actual, convirtiéndolos casi en una pequeña joya. En serio, yo de ti no me los perdería...


“Pink Hearts Yellow Moons”

“The California EP”

"Sound Go Round"
Por: Half Nelson / Alfonso

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Japancakes | Kindercore

Aunque empiezan su primer (y mejor) LP “If I Could See Dallas” (1999) como si Kurt Wagner (Lambchop) no se decidiera a cantar en los 3 minutos y 59 segundos de “Now Wait For Last Year” (gran título de todas maneras), lo de Japancakes pretende ser más una derivación georgiana, indie y prolífica de Tortoise y a fe mía que lo consiguen. Entregados al culto del instrumental largo y ondulante, en el que las melodías han de surgir de los errores de coordinación entre los intérpretes (en su webpage www.japancakes.com afirmaban que se crearon en una jam de estudio y que no ensayan antes de entrar a grabar), Eric Berg y el batería Brant Rackley divagan sin piedad a lo largo de sus dos Lps y un EP en un hipotético melting pot de Tortoise, Lambchop, Stereolab y Appliance. Si existe el muzak indie, eso son los Japancakes, cosa que se han encargaron de demostrar en el siguiente “Down The Elements EP” (2000), donde la levemente burbujeante pieza titular se muestra ideal como banda sonora de un tranquilo paseo espacial que desgraciadamente se hace demasiado largo para hacerlo a pie (casi17 minutos) y acabar con sitar reverberado en homenaje a Ravi Shankar. En “The Sleepy Strange” (2000) vuelven al tono más guitarrero y algo country gracias al efecto bucólico del violín y el pedal steel de la inicial “The Waiting”, pero en cuanto el tema traspasa la frontera de los cuatro minutos, vuelve la inconcrección de unos temas que, quizá, se alargan en demasía.


“If I Could See Dallas”

“Down The Elements EP”

“The Sleepy Strange”
Por: Half Nelson

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Kings Of Convenience| www.kingsofconvenience.com | Kindercore

Seguramente, el mayor hito de la historia del sello Kindercore sea la edición, exclusivamente para Estados Unidos y Canadá, de Kings Of Convenience” (2000) el debut de los noruegos Erlend Oye y Eirik Glambek Boe. Sin la producción de Ken Nelson (Coldplay, Badly Drawn Boy), este disco presenta al dúo aún más desnudo (se empeñan en dejar claro que no se ha usado el bajo en ningún momento y en no borrar el número de toma al inicio de algunas canciones), con unas versiones aún más espartanas de los hits que después amueblarían su deslumbrante debut “Quiet Is The New Loud” (Source, 2000), el epítome y muy posiblemente también la tumba del movimiento de los nuevos acústicos. En concreto nada más y nada menos que “Toxic Girl”, “I Don’t Know What I Can Save You From”, “Failure”, “Leaning Against The Wall”, “Parallel Lines” y la enorme “Winning A Battle, Losing, The War” lo que convirtió este disco en una pequeña joya de importación a Europa que reportó buenos beneficios a Kindercore y una sólida reputación de cazatalentos a todo aquel que lo recibió por correo (todos ellos, por supuesto, a posteriori). Formados en Bergen, Erlend y Eirik se conocieron durante sus años escolares en una competición de geografía en la que al parecer se impuso el empollón Erlend al ser capaz de dibujar de memoria y con extraordinaria precisión el contorno de un montón de continentes. Reencontrados años más tarde, volvieron a coincidir en su pasión por el pop acústico (de Simon & Garfunkel al primer disco de Everything But The Girl) y su, suponemos, no demasiado exitosa relación con el sexo opuesto (o el propio). Tras un exitoso Lp de remezclas y la participación de Erlend en el Lp de Royskopp cantando la emotrónica “Poor Leno” lo que el mundo está esperando es un convincente (y “conveniente”) second coming que confirme su estatus.

 


Kings Of Convenience”
Por: Half Nelson

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Marshmallow Coast | Kindercore

Andy Gonzales tiene valor al aparecer en la portada de un disco como “Marshmallow Coasting” (2000), donde, al más puro estilo Bob Dylan en el famoso vídeo de “Subterranean Homesick Blues”, sostiene un cartel con la leyenda “Will Play To Food”. Y es que su segundo disco, grabado con varios miembros, volátiles donde los haya, de Of Montreal constituye un ‘homenaje’ a la banda de Kevin Barnes. Tal homenaje no tendría nada de particular si su primer disco, “Seniors and Juniors” (1999) no fuera otra reverencia nada encubierta a la música del, por entonces, mejor amigo de Andy, Julian Koster de The Music Tapes, un grupo-embrión con miembros de Neutral Milk Hotel y The Olivia Tremor Control. Todo ello dice mucho de la personalidad de Gonzales y esperemos que Andy encuentre pronto su lugar entre ellos, aunque ya será fuera de Kindercore, donde ha publicado “Ride The Lightning” (Misra, 2002).

 


“Marshmallow Coasting”
Por: Half Nelson

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Maserati | Kindercore

El hecho objetivo de que “The Language of Cities” (2002) agrupe ocho temas en cincuenta minutos ya da una idea de lo que vamos a encontrar en este disco: post-rock instrumental paisajista y extenso. Y es cierto, pero ya desde el inicial “Ambassador of Cinema” se advierte que en Maserati (seguro que la marca italiana no acepta unos representantes tan lentos) hay una especial preocupación por la melodía y por un sonido de guitarras emotivo y cristalino. Algo así como si Tortoise se pusieran a hacer versiones de Sunny Day Real Estate con arrebatos de furia controlada (“The Language”) o de lirismo nocturno con ecos del “Glass Museum” de los de Chicago (“Being a President is Like Riding a Tiger”). A poco que pulan algunos momentos llenos de obvios referentes, estos atenienses pueden constituirse en una acertada apuesta de futuro que puede dar mucho que hablar.

 


“The Language of Cities”
Por: Half Nelson

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Masters of the Hemisphere | Kindercore

Algunos dirán que los atenienses Sean Rawls y Bren Mead tienen enchufe ya que el mismisimo Ryan Lewis, jefe de Kindercore, aporreaba la batería en sus comienzos maqueteros. Trasladados Rawls y Mead a Nuevo Méjico, el contacto se mantuvo, lo que permitió la publicación de “Masters of the Hemisphere” (1999) donde la floja producción no conseguía empañar su terrible habilidad para las melodías más complejas donde les secundaba Julian Koster de The Music Tapes (como ya se ha dicho, embrión de los Elephant 6 Neutral Milk Hotel y The Olivia Tremor Control) para firmar un excelente álbum. La producción mejoró, pero la alucinógena influencia del colectivo Elephant 6 siguió presente (aunque matizada) en “I Am Not a Freemdoom” (2000) un supuesto y bastante confuso álbum conceptual sobre la isla de Krone Ishta y los avatares de sus peculiares habitantes ante los turbios manejos del perverso perro Freemdoom. Para aclarar las cosas, un curioso comic explicaba aquello que a las canciones se les escapaba. Pese a la confusión dominante, joyitas del pop acústico como “Who Is This Dog?”, “The New Commotion” o “The New Freedoom” no deberían pasar por alto a los buenos aficionados. Para este 2002 queda “Protest a Dark Anniversary” (2002) donde aunque al principio parecen querer acercarse a la crispación folk de Bright Eyes (“Anything, Anything”), en general mantienen muy dignamente su habitual compostura melódico-acústica lo que ayuda a bordar un álbum mucho más digerible que su antecesor, aunque se queda a medio camino de los logros de su primer disco homónimo.


“Masters of the Hemisphere”

“I Am Not a Freemdoom”
Por: Half Nelson

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Of Montreal | Kindercore

Sin duda, la mente de Kevin Barnes es digna de estudio. A pesar de publicar todos sus trabajos en Kindercore (salvo el interesante recopilatorio “Horse and Elephant Eatery (No Elephants Allowed): The Singles and Songles Collection”, Bar / None, 2000) su ideario está más cercano al de un sello tan respetado como Elephant 6 (no en vano, miembros de Neutral Milk Hotel o The Apples In Stereo se cuelan en sus grabaciones), sólo que desplazando la fijación por los Beach Boys de estos hacia los Beatles más melódicos primero y más psicodélicos después. Secundado a la perfección por las floridas ilustraciones de su hermano David, Kevin pretende llevarnos a un colorista mundo paralelo donde el “Sargent Pepper’s” suena a todas horas. Sin embargo, sus inicios con el EP “The Bird Who Continues To Eat The Rabbit’s Flower” (1998) y cualquiera de sus canciones con coros doblados hasta (casi) el éxtasis místico o el vodevil beatle de “The Bedside Drama: A Petite Tragedy” (1999) donde Barnes consigue cantar exactamente igual que John Lennon (“Happy Fellow Bumblebee”) son obras de sencillo pop acústico en las que la clonación beatle y las teatrales salidas de tono son los únicos aspectos que hacen sospechar que el prota está algo ido. Completa esta primera época, “The Early Four Track Recordings” (2001), que como su nombre indica, recoge precarias grabaciones de Kevin Barnes, datadas incluso antes de que Of Montreal existiera, con la peculiaridad de que todas las canciones citan a Dustin Hoffman en su título. Sin duda, la desnudez de esas cintas contrasta con los recargados arreglos de sus futuros álbumes y permite comprobar en todo su esplendor las habilidades compositivas de un Barnes mucho más centrado en la comunicación que en la simple emulación. A partir de aquí, “Coquelicot Asleep in the Poppies: A Variety of Whimsical Verse” (2001) es una auténtica ópera pop con unos arreglos abigarradísimos y unos títulos larguísimos que logra esquivar la inconsistencia de este tipo de propuestas con unas melodías memorables (“Rose Robert”) y unas letras realmente desopilantes. Después de semejante esfuerzo, “Aldhills Arboretum” (2002) recorta el minutaje de las canciones, el furor conceptual y la superposición de instrumentos, pero pierde buena parte de la magia de sus melodías, sin duda el factor que hace tolerables todos los excesos de Barnes.


“The Bedside Drama: A Petite Tragedy”

“The Bird Who Continues To Eat The Rabbit’s Flower”

“The Early Four Track Recordings”

“Coquelicot Asleep in the Poppies: A Variety of Whimsical Verse”
Por: Half Nelson

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Vermont | Kindercore

Dos miembros de The Promise Ring (Davey Von Boleen y Dan Didier) y uno de Pele (Chris Rosenau) aprovechan las pausas de sus respectivas bandas para dar rienda suelta a una suerte de emo-rock acústico, con no pocos ecos de Red House Painters, una voz desgarrada y un devenir un tanto repetitivo, tópico en los desarrollos y en las letras, que quedan demasiado al descubierto sobre las suaves guitarra y batería. “Living Together” (1999) se salva a pesar de la desafortunada voz en “Bee, Leave Me Be”, pero “Calling Albany” (2002), con la fotografía desenfocada de rigor en la portada, ha sido acogido asumiendo una producción reverberante, un cierto giro hacia el folk y una voz lastimera. En definitiva, discos destinados a oídos receptivos al lo-fi.


“Living Together”

“Calling Albany”
Por: Half Nelson

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Wolfie | Kindercore

Según la biografía de Wolfie escrita por su líder Joe Ziemba y que cuelga de la página de Kindercore, su único lanzamiento en este sello, el EP “And The Coat and Hat” (2000), significó un renacimiento de la banda tras un cierto anquilosamiento después del lanzamiento de su segundo LP “Where’s Wolfie” (Parasol, 1999). En cualquier caso, este renacimiento también significaba un cambio de dirección desde el sonido de su primerizo “Awful Mess Mystery” (Mud, 1998) demasiado cercano a unos Superchunk y una afición a los estribillos tarareados para pasar a unos Weezer con chica a los teclados y segundas voces (Amanda Lyons, novia de Ziemba), es decir, a The Rentals. Sin embargo, este renacimiento no ha podido fructificar más allá del LP “Tall Dark Hill” (March, 2001) ya que Wolfie se separaron a finales del 2001, pasando Lyons y Ziemba a fundar The Like Young.


“And The Coat and Hat”
Por: Half Nelson

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The Real Tuesday Weld | Kindercore

De la mano de Dreamy Records conocimos a Tuesday Weld, aka Stephen Coates. Por motivos legales tuvo que cambiar el nombre.
El nombre es una sincera nostalgia por la actriz Tuesday Weld, una actriz que tuvo sus mejores momentos en la década de los 50. Al otro lado del Atlántico su repertorio lo edita Kindercore; concretamente dos referencias, un cd de cinco canciones bajo el nombre de "L'amour et la morte" y el mismo cd álbum de Dreamy Records, "When Cupid meets psyche", aunque con cambios en las canciones seleccionadas. El tratado de Coates y sus colaboradores es original, con una voz que canta murmurando que le da un aire reflexivo y nostálgico viviendo en un tiempo sin edad.
Una mezcla entre un sonido añejo que bebe tanto del jazz como del swing, sin olvidar el blues ni la presencia absoluta, embriagadora de composiciones totalmente de banda sonora ("Blues for Barbara Hepworth", la cómica "At the house of the clerkenwell kid", "Turn on the sun again" o la invernal "Close your eyes when you read this") inspiradas en clásicos como Burt Bacharach, Serge Gainsbourg y Ennio Morricone. Sin dejarnos de nombrar el sampler utilizando muestras insospechables y que quedan como anillo al dedo a las composiciones, compruébalo en temas como "Am I in love". El amor como uno de los argumentos básicos de su obra, el sexo con una imagen borrosa. Stephen Coates es otro de los catedráticos del amor que conoce todos los secretos que guardan los pájaros y las abejas o sino escucha "Asteroids", una historia sobre el intercambio de sexo. Pronto tendrás más noticias de (The Real) Tuesday Weld ya que mediante Dreamy publicará la banda sonora del libro de Glen Duncan, "I, Lucifer", un libro editado el pasado verano.


"When Cupid meets psyche"
Por: Toni

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I am the World Trade Center | Kindercore

I am the world... es un proyecto dance pop que nació en 1999. Dan Geller es el encargado de toda la armada instrumental, una armada que tiene como fuente principal el laptop, el cual domina con gran maestría. Dan no dedica todo el tiempo exclusivamente al dúo sino que también tiene voz y voto en las decisiones del sello. Dan une sus esfuerzos con Amy Dykes, su compañera, la cual canta en la mayoría de canciones, una voz poco contagiosa y que recuerda a la inconfundible Deborah Harry. El nombre de la banda lo escogieron por que vivian en Brooklyn, un nombre individual capaz de unirles.

"Out of the loop" fue el primer álbum publicado en el verano de 2001, antes del fatídico 11/9. Hay que reconocer que durante esos días el nombre de la banda causo un verdadero impacto y más teniendo en cuenta que el tema 11 del álbum se llamaba "September", una de las pistas que más transmite la sensación de urbano. Malos momentos que ellos superaron planteándose cambiar de nombre, acto que al final no hicieron.

El primer álbum, aunque no sorprende, atrae con grandes canciones de pop bailable, divertido y que da muchas pistas de las influencias de la banda, desde pre-britpop (The Heart Throbs, Saint Etienne, Stone Roses) a texturas que recuerdan a New order, sumándole breakbeats, electrónica positiva de detalle, cortes instrumentales perfectos para anuncios publicitarios o neo-psicodélia. Hay temas agradables de escuchar como "Holland tunnel" o "You don't even know her" que tienen momentos no esperados que instántaneamente aumentan el grado de aceptación.
Un disco con varios temas bailables, con minutaje de single, de 2 a 3 minutos básicamente, como "Look around you" o "Move on", uno de los temas más cálido, claramente destinado al directo.

El segundo álbum "The tight connection" publicado el pasado 2002 sigue en la línea del primero mostrando muchas claves ya reconocibles en su debut: notas de teclado desnudas procedentes del house, sitares, la voz inalterable, difícil de convencer a primera escucha de Amy o parámetros más cercanos al electropop, escucha "Can't take the heat" o la versión escogida de Amy del clásico de Blondie con Moroder, "Call me" que la sitúa en la sección de electroclash. La segunda versión es del clásico stonerosiano "Shoot you down", esta escogida por Dan. "Believe in me" es otra joya para ser pinchada cada fin de semana con los hits del dance pop suecos. Si en el primer disco estaba "Move on" como el tema más groove, "Dancing alone" tiene el mismo protagonismo añadiéndole loops de funk y electropop de vieja escuela.

Ritmos conocidos para el baile obligado.


"Out of the loop"

"The tight connection"
Por: Toni

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Ashley Park | www.ashleypark.net | Kindercore

Tras formar parte de grupos como Saturnhead o los sedosos Cinnamon, Terry Miles se lanza con Ashley Park en un proyecto en solitario. Absorbiendo sonidos sixties, acariciando canciones inspiradas en The Beatles o The Kinks y con admiración hacia la estela que The Beach Boys dejó a orillas de la playa , Terry Miles perfila con delicadeza sus canciones como Ashley Park., siendo “Town and Country” su álbum de debut.

Desde matices que recuerdan a simpáticas películas de textura granulosa y estética sixtie, Ashley Park ofrece en este disco catorce canciones pop en las que teclados, vibes, suaves guitarras, efectos casi psicodélicos extraídos de las notas del hammond y tranquilas melodías parecen acompañar a idílicos paseos por parques de paisajes otoñales.

Tras empezar a modo de intro con los arreglos ambientales que acompañan al primer corte del disco, y al cual da nombre, la voz de Terry va desgranado   poco a poco el resto de canciones adquiriendo en ellas un claro protagonismo. Ello no priva de ser destacables las cuidadas melodías, especialmente en canciones como “Just a song”, “Bonnie & Clyde” o “Summers End”.

Esencia pop que, a pesar de no ser innovadora, es utilizada por Ashley Park para construir canciones de calidad y frescura propias.


“Town and Country”
Por: Alfonso

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Call and Response | www.callandresponsemusic.com | Kindercore

Con la impresión de que el sol sonríe mientras escuchas el disco, los diez cortes del álbum de debut de Call and Response inundan mis oídos llenando mi cabeza de una tonta sensación de buen rollito. ¿Efectos secundarios? Tal vez, pero lo que sí es destacable es el feeling que este grupo procedente de Santa Barbara (USA) desprende en sus canciones.

Comenzando con “Blowin’ bubbles”, y burbujas flotando en el ambiente, Simone (vocalista y teclados), Carri (vocalista y órgano), Dan (vocalista y guitarra), Terri (bajo) y Jordan (batería) ya sorprenden con la relativa sencillez con la que impregnan sus canciones consiguiendo como resultado un disco repleto de bellas referencias pop. El encanto se mantiene en canciones como “Rollerskate” ,“Map” o la preciosa y adictiva “The fool” en las que los coros juegan un importante papel a la hora de definir las melodías. En “Rollerskate” y “I know you want me” el juego rítmico basado en guitarras y teclados se convierte en un elemento más del disco junto a los efectos espaciales que acompañan en “Colors”, la calidez de “California floating in space” o el toque folk más presente en “Nightlight”. Todo ello, sazonado con los aires funky de “Lightbulb” y “Stars have eyes”, el último corte del disco claramente separable en dos canciones muy diferentes.

En definitiva, diez canciones con las que no es difícil que Call and Response entren en el universo por la puerta grande.


"Call and Response"
Por: Alfonso

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Recopilaciones | Kindercore

“Christmas Two” (1999) es el ¿inevitable? recopilatorio de villancicos y canciones de ambiente navideño a cargo de los grupos del sello que tiene aliciente de incorporar a algunos interesantes artistas con una no tan cercana relación con Kindercore como Richard Davies (que agradeció con la estupenda “Feed The World” de ¡¡Bob Geldof!! la edición en Kindercore de su “Barbarians”, 2000), The Ladybug Transistor Family and Friends quienes parece que se hayan bebido toda la botella de Anís del Mono antes de ponerse a rascarla, The Sixth Great Lake, Junior Varsity versionando a The Sonics (“Don’t Believe In Christmas”) y Kings Of Convenience con un tradicional noruego a capella. Aunque la palma se la llevan The Mendoza Line versionando en directo “The Fox In The Snow” de Belle and Sebastian, el grupo navideño por excelencia.

“Kindercore fifty” (2000) es una multitudinaria reunión de amiguetes para celebrar la quincuagésima referencia del sello. Hasta tres CDs que permiten chequear las múltiples facetas del sello de Athens y sus buenos contactos. En el primero los amigos más cercanos como Of Montreal (que se traen también a The Apples In Stereo), Masters Of The Hemisphere, Vermont, Marshmallow Coast, Babalu, Birdie, Je Suis France, Sunshine Fix o I Am The World Trade Center. En el segundo, bajo el título de “The Classics” se rescatan rarezas descatalogadas de los grupos pioneros del sello como Joe Christmas, Kincaid, Serious Teeth o Nipples For Days. En el tercero llamado “The Remixes”, el sector electrónico del sello, sobre todo los World Trade Center (hasta cuatro mezclas) se explayan transformando la música de otros. Destaca la mezcla bailable del “Hideaway” de The Olivia Tremor Control.

“Just Another Taste Of Electronic Watusi Boogaloo” (2000) es en realidad una licencia del sello sueco Electronic Watusi Boogaloo especializado en sonidos bailables entre el groove retrofunk de Mains Ignition, el breakbeat sofisticado de Babalu (a punto de debutar en largo con “Ultra Wide Band Meets The Mighty Babalu Pt. 2”) y el score jazzístico de Oh Polo.


“Christmas Two”


“Kindercore fifty”


“Just Another Taste Of Electronic Watusi Boogaloo”
Por: Half Nelson

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Electronic Watusi Boogaloo | Kindercore

Electronic Watusi Boogaloo es el sello mediante el cual Kindercore canaliza inquietudes musicales dentro del concepto de música electrónica, en cualquiera de sus expresiones.

Tras debutar con la edición del primer álbum de Sleeping Flies, titulado “You’re Superior”, Electronic Watusi Boogaloo deja clara su intención de ofrecer trabajos de artistas con cierta creatividad sonora, sin prejuicios ni siguiendo modas establecidas. En “You’re Superior” y sus ocho cortes,  Sleeping Flies ofrecen canciones en las que la psicodelia se funde con la electrónica y el uso de samplers para dar como resultado un sonido que navega entorno a los inicios Manchester de The Charlatans, The Dylans y Primal Scream y la heterogeneidad sonora de unos Beta Band.

La siguiente referencia de Electronic Watusi Boogalo supuso el debut de Jivaro, proyecto en solitario de Henrik Dahl, componente de Sleeping Flies. En “Jivarodelia”, Jivaro  se centra más en la experimentación con ritmos y sonidos, dando como resultado un viaje atmosférico a través del minimalismo electrónico. Para ello, y con el fin de obtener cierto abstractismo en sus temas, utiliza la secuenciación de ritmos y loops con fines casi hipnóticos a través del techno y el dub.

Pero el artista dentro del sello que más utiliza el techno como hilo conductor de sus canciones es Biowire en su disco “Disparation”. En doce canciones, este proyecto de Jasón Crosse conjuga desde el techno oscuro y el drum&bass hasta el electro de beats secos. Todo ello sin dejar de ofrecer interludios de lounge abstracto y ambient contemplativo.

Pero todas las inquietudes electrónicas que refleja el pequeño catálogo de Electronic Watusi Boogalo se observan en otra de sus referencias: The Ultra Wide Band Meets the Mighty Babalu. Este proyecto supone el núcleo en el cual diversos artistas centran ideas y conceptos de diferente naturaleza en el seno de la música electrónica, dando como resultado canciones que contemplan desde psicodelia, ambient marciano y electrónica abstracta, pasando por el jazz lunar y el blues espacial para acabar el viaje cerca del drum&bass de voces vocoderizadas y el lounge surrealista.

Como se puede observar, Electronic Watusi Boogalo incluye todo un menú con el cual Kindercore satisface sus ansias electrónicas con ausencia de complejos y estereotipos.


Sleeping Flies
You’re Superior


Jivaro
“Jivarodelia”


Biowire
“Disparation”
Por: Alfonso

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