"El
silencio tras el disparo" | Volker
Schlšndorff | Alemania
| 2000
Opina
Volker Schlšndorff que el cine político, el que utiliza una confrontación
de ideas políticas como contexto de una historia, sigue interesando a
la gente siempre y cuando se afronte desde una perspectiva emocional y
se centre en los conflictos vitales que deben resolver seres humanos cuyas
decisiones se inspiran en ideas políticas. Es desde esta convicción que
el prestigioso director alemán, autor de El tambor de hojalata (ganadora
del festival de Cannes y del Oscar a la mejor película de habla no inglesa
en 1979), ha filmado esta película, una obra con conciencia para quien
todavía esté dispuesto a hacerse preguntas.
El silencio tras el disparo nos devuelve a los
tiempos de la guerra fría, donde un grupo de terroristas de la RFA actúa
contra el sistema capitalista con la cobertura de los servicios secretos
de la RDA. Con la progresiva desmembración del grupo, Schlšndorff sigue
a una de sus integrantes, Rita, en sus vicisitudes de reinserción social
en la RDA. Es una nueva forma de lucha, que requiere la inspiración de
los mismos ideales de justicia social para no caer en el abismo de la
desesperanza y la desmotivación. El director observa a Rita con gran empatía
y, una vez deshecho el error de la vía armada, su protagonismo resplandece
de forma natural, sin recurrir a trampas argumentales. Como uno de los
pioneros del Joven Cine alemán de principios de los sesenta, esa nueva
ola que reivindicaba mayor libertad artística para el cine, Schlšndorff
comparte con Rita un espíritu romántico y un pasado revolucionario, una
necesidad de dar sentido a la vida a través de ideas. Al mismo tiempo,
la distancia cronológica frente a los acontecimientos relatados permiten
trazar un personaje de carne y hueso, repleto de humanidad y cuya interacción
con el entorno destila realismo. El estilo característico del director,
donde rigen la austeridad y la crudeza, convierten la puesta en escena
en una magnífica representación de la cotidianeidad en la Alemania socialista,
liberada por fin de las visiones estereotipadas y maniqueas. La caída
del muro de Berlín y las implicaciones que este acontecimiento tiene para
Rita ponen fin a la larga progresión temporal que abarca la película.
En
Berlín 2000, el jurado estuvo de acuerdo con la opinión de Schlšndorff
y rubricó el interés de su film con el premio a la mejor película europea.
Tampoco se le escapó al jurado la sinceridad con que Bibiana Beglau i
Nadja Uhl dieron vida a sus personajes de Rita y Tatiana respectivamente,
y por extensión a toda la película: ambas compartieron el "Oso de Plata"
a la mejor actriz. ¿Qué opinas: sigue vivo el cine político?
|
|