Live

Jet | Iguapop/Apolo | Barcelona | 2004-02-19

El jueves por la noche a eso de las diez, toda la prensa especializada, críticos y demás, junto a público de todo tipo, se concentró en la sala Apolo para ver en directo a una de las formaciones que más ha dado que hablar este pasado año. Nos referimos a los australianos Jet, que tras la edición de su primer disco "Get Born", han subido como la espuma y ya no hay quién los vaya a parar si siguen el trazado de su línea en cuestión de calidad como en este su primer disco. Tras telonear a los Rollings por todo U.S.A y cercanías, estos cuatro muchachos pisaban territorio español por primera vez, y dejaron satisfecho a todo el mundo, así lo constataron los cientos de seguidores que aquella noche nos encontrábamos delante del escenario de la mítica sala barcelonesa.

Con toda la rotundidad y la potencia que llevada al directo se incrementa por cien, Nic, Chris, Cam y Mark, fueron desplumando uno a uno los temas de su primer y único álbum que se les ha otorgado tal fama mundial, incluso "Are you gonna be my girl" de efecto inmediato sobre el respetable, que así que le espetan un hit se alza a gritos a vitorearlo. Y todo ello a través de una imagen sugerente en la que primaban sobretodo los saltos y gritos de Nic Cester, que como un loco, deambulaba de punta a punta del escenario, maravillado por la afluencia de público esa noche, que en una sala como esa, duplica el efecto, y es que estuvimos más de un cuarto de hora para salir de dentro.

Aunque, a parte de esta frondosidad potente lanzada como una gran bola de fuego, hubo también momentos mágicos orquestados por el sonido de una acústica en los temas más lentos en la que tanto el rasgar de las cuerdas como la propia voz cogían peso por si solas, con temas como "Move On" por ejemplo.

Pasamos por lo tanto, por una más de esas veladas en las que te sientes satisfecho de lo presenciado, y esperando que en la próxima ocasión que tal músico se acerque a nuestra ciudad lo haga en un acto similar, en el que la comunicación entre las dos partes (artista-público), fluye, y percibiendo en la cara de unos y de otros, el hecho de estar disfrutando durante el transcurso del directo en una entrega simultanea.