Film

Northfork | Michael Polish | U.S.A. | Manga Films | 2003

En dos días, la ciudad de "Northfork" desaparecerá bajo las aguas de la nueva central hidroeléctrica.
La mayor parte de sus ciudadanos ya han abandonado sus hogares para emprender una nueva vida en lugares más elevados, pero todavía quedan algunos habitantes que se resisten a emprender el viaje por distintas razones.
El comité de evacuación lo forman un equipo de seis hombres enfundados en gabardinas negras y conduciendo coches oficiales, que tienen por encargo “asistir” a los rezagados en ese traspaso a su nueva vida.

"Northfork" es la última obra de los Hermanos Polish, que ya anteriormente fueron objeto de elogios por "Twin Falls, Idaho" (1999) y "Jackpot" (2001), los dos primeros filmes de una serie acerca de la Norteamérica profunda.

Cuenta con actores consagrados de la talla de Peter Coyote, Anthony Edwards, Duel Farnes, Daryl Hannah, Nick Nolte, Mark Polish y James Woods.
Es difícil encontrar un reparto similar en las producciones independientes por un obvio motivo económico, sin embargo en este caso el guión consiguió despertar su interés artístico.

Se trata de una historia de realismo mágico que explora los sentimientos que nos arraigan a una tierra. El viaje como metáfora de la muerte y a la inversa, la partida como ruptura con todo lo anterior y la búsqueda de la identidad individual.

El magnífico guión está salpicado de muestras de fina ironía: la casa convertida en arca donde “todo” se encuentra por duplicado y donde el dueño espera la señal divina que le indique el momento de partir, es la máxima expresión de ese humor triste.

Pero ante todo, lo que prevalece, lo que sobresale, es el surrealismo conceptual, entendiendo por ello la definición primera de la estética surrealista, es decir la que rompe con la concepción racional de la composición visual.
Elementos imposibles y dispares irrumpen en escenas cotidianas, las alas de un ángel con certificado de autenticidad son moneda de cambio, y elementos comunes y imprescindibles desaparecen del escenario, dejando al Padre Harlan ante su parroquia y con la vasta llanura por altar mayor.

En definitiva, constituye un gran estímulo para la imaginación, a la vez que aúna un guión, una interpretación y una dirección impecables.