Reportaje
Wintercase San Miguel 2004
Reportaje
Wintercase San Miguel 2004
Días 11, 12, 19 y 20 de Noviembre
(Madrid)
Realmente es una idea a celebrar esto del Wintercase, especialmente su paulatina consolidación, que lo coloca como un festival de invierno sin fríos ni excesivas aglomeraciones. Esta vez en lo que a Madrid se refiere la sala de referencia fue Aqualung, que tiene sus cosas buenas y malas, pero en general es una sala de buena acústica y cómoda.
Cansa un poco la actitud, no sé de quién en realidad, de permitir fotos sin flash en sólo las 3 primeras canciones, privando de material gráfico a los medios de los momentos culmen de los conciertos. Realmente es una pena, pero qué le vamos a hacer. Desde aquí solicitamos un poco de comprensión, que no somos paparazzis, aunque apoyo mutuo hay, como el de la nueva Ouka Lele: Pablo Talamanca.
Esto es lo que ocurrió en Madrid:
Jueves Día 11:
Problemas logísticos fácilmente entendibles, como son la imposibilidad de salir del trabajo antes de tiempo sin que los jefes se percaten, impidieron a los abajo firmantes llegar a Adam Green en tiempo y forma. Este problema se repetirá de nuevo en los conciertos en días "lectivos" de este Wintercase, que abría sus puertas a las siete u ocho de la tarde, hora que para la gente que hace horas extras como norma (otra cosa es cobrarlas, claro) resulta imposible, salvo capacidad de volar, que hay gente que sabe hacer de todo. Eso sí, los conciertos a la una como máximo, estaban rematados.
De este modo, jadeantes, llegamos a Divine Comedy justo para comprobar su calidad de imprescindibles. Tampoco me podría extender mucho en definir lo maravilloso, porque esa es la definición idónea y justa. Con Neil Hannon como hombre estrella adornado por su voz mayúscula y su gaznate convenientemente refrescado con la cerveza esponsor del evento, en un formato de medio litro que lucirán los artistas del cartel, la actuación sólo adoleció de un pero: faltó que saliese Yann Tiersen de debajo de una chistera. Por pedir que no falte.
Tras ello, Graham Coxon, escisión de Blur como es bien sabido, acompañado de una nutrida representación de amiguetes, repartió un poco de lo que sabe hacer. Queda la duda de si sabe hacer otra cosa. Lo más celebrado su versión de Moby "That´s when i reach for my revolver", que por desconocida casi pasó por suya.
Viernes Día 12:
La noche comenzó con la entusiasta puesta en escena de Doctor Explosion, el público enloqueció y pidió más cuando a los 30 minutos se les insto a abandonar el escenario. Ellos ni cortos ni perezosos hicieron caso y bajaron al público con uno de los tambores para cantar "Comanche", en ese ambiente distendido dejaron paso a los siguientes teloneros con una ovación que pedía más canciones. Todo un triunfo a celebrar.
Esos teloneros eran The Duke Spirit, liderados por una rubia espigada, que consiguió sacar adelante con su voz una actuación algo insulsa, ante la estupefacción general de una audiencia que no compartía la sensibilidad con la que querían definirse.
Por fin, Detroit Cobras aparecieron por fin para calentar el ambiente con el mejor remedio para estos casos: Rock macarra, guitarrero y canciones con espíritu soul, blues y rockabilly. Una banda de versiones... ojalá, todo el que compusiera, diera en el escenario tanto de si mismo como lo hacen ellas y mostrara una reflexión tan personal como en sus paticulares adaptaciones. De todos modos el sonido boicoteó a las Cobras y Rachel Nagy dejó constancia de ello mostrando su disconformidad dedo en alto hacia la mesa de sonido, sólo en los bises funcionó la acústica y se notó con dos increíbles pinceladas de su repertorio.
El Rock del Wintercase viene de Detroit y muerde como una víbora.
Viernes Día 19:
Los problemas logísticos anteriormente mencionados impidieron nuestra presencia en los conciertos de Blackbud y Hope of the States, por lo que quedamos en deuda con ellos y con vosotros. Se habla de una curiosas proyecciones.
Así todo, en el momento de la llegada la sala estaba a reventar, con un ansioso público que se temía lo peor, tras cerca de una hora de espera, según me cuentan, según el más rígido libro de estilo de Los Planetas. Las luces llevaban encendidas una eternidad, cuando por fin aparecieron los integrantes del deseado grupo aplanetado.
La gente perdió el control: saltaba, gritaba, lo daba todo. Era la presentación del esperado nuevo disco, y no quedaban entradas desde hacía varias semanas. Incluso algún desaprensivo que otro había revendido su acreditación. Eso fue lo que nos comentaron al entrar.
La verdad es que no defraudaron a nadie. Estuvieron en su línea, tocaron los temas de siempre, menos "Mi hermana pequeña", que se les suele resistir. Celebraron con la masa otro "Cumpleaños total", y pusieron velas de colores para los "Santos que yo te pinté".
Como las grandes estrellas que son, tocaron con aires de desgana, desgarbados y distantes. Pero sólo en apariencia, pues todos notamos que tenían tantas ganas de tocar, como nosotros de escucharles con cariño.
De eso es de lo que se trata, de cariño. Más de diez años a sus espaldas, compartiendo con nosotros nuestra periadolescencia y actual juventud, ayudándonos a descubrir y descifrar los secretos de la vida de los adultos, desde la a de amor hasta la z de zombi, pasando por los demonios de la cocaína y demás sustancias que causan grave daño a la salud.
Pasados los años todos aquellos que aún éramos niños e inocentes aún, escuchamos ahora con una sonrisa de amargura y complicidad en los labios las letras planetarias que tan crípticas nos solían parecer.
Nuestras experiencias se han ido incrementando y enriqueciendo en paralelo a su sonido en directo. La voz de J es cada día más inteligible pues, tal y como él mismo reconoce, ha aprendido a cantar con el paso de los años. Y de igual modo nuestro corazón y nuestro hígado se han ido retorciendo, presas del desamor y los espíritus...
Disfrutamos como los niños que seguimos siendo, con los acordes de nuestras conocidas amigas, y aunque sin ser mejor de lo que era, también de los todavía apenas estrenados nuevos himnos. Cálido ambiente y entregado público, para unos Planetas en forma, pero que aún destilan aroma a promesa.
Sábado Día 20:
El cartel era para llenazo, la verdad, como el día anterior. Pero el clásico Barça-Madrid ayudó a que sólo estuvieran los melómanos. Bendito fútbol.
Abrió la última jornada un combo del que no tenía noticias pero que tuvimos la suerte de comprobar lo que la gente, a la hora de hacer balance, estableció: el oficioso premio Wintercase al grupo revelación.
Con una puesta en escena con bastante gente sobre las tablas, pero con un frontman claro y carismático, The Dears flotan entre atmósferas tributarias de clásicos rock contemporáneos adobado con un estilo propio que lucha por salir a flote. A veces parecían unos Radiohead con cantante distinto y otras se recrearon en crescendos metálicos con natural virtuosismo. Un concierto magnífico que puso al respetable a la temperatura óptima de cocción, rematado por un tema en que los coros femeninos justificaron la presencia de una fémina que hasta ese momento no se sabía que hacía sobre el escenario. Quizás lucirse.
Tras ellos, Low, haciendo excesiva gala a su nombre dieron un concierto de sala pequeña y recogida, que no era procedente. Salvo en "Canada", obligado delirio guitarrero, mecieron a la gente, haciendo que la masa preparada por The Dears amenazase con quedarse cruda por dentro, por pasmo y cierre de ojos. Fallo de estrategia perdonable, que remite a nuevas intentonas futuras.
Por fin, Tindersticks. Realmente valía la pena el abono sólo por ellos y Divine Comedy, siendo el resto un hermoso regalo. Es uno de mis grupos favoritos y el tenerlo enfrente ya me hace sentirme afortunado y feliz. Ni siquiera importó que renunciasen a los hits, porque para mi lo son todos sus temas, pero es posible que hubiese más de un decepcionado por el público y no sin razón. De todos modos, cuando tocaron "Until the morning comes" ya justificaron entradas y abonos, aunque si fuese por mi hubiese sacado un Mágnum del 38 y les hubiese obligado a tocar hasta el amanecer. Gracias a Dios que no llevo a cabo mis locuras. Por cierto, no pude dejar de comprarme la baraja de póker del grupo, fetichista que es uno.
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"The Duke Spirit"


"The Dears"


"Graham Coxon"


"Low"


"Adam Green"


"Doctor Explosion"


"Detroit Cobras"
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