Film

El Tiovivo Mágico | Jean Duval | Inglaterra/Francia | Miramax | 2005

Definitivamente es un error. El hecho de que un producto tuviera éxito en el pasado, no tiene porque augurar a las productoras cinematográficas grandes resultados en el presente. Pese a que la nostalgia venda, las incipientes regresiones del mercado cinematográfico, no hacen más que desvalorarlo a través de revivals y productos de escasa originalidad.

Esto es lo que ocurre cuando llega Navidad y llevas a tus sobrinos al cine a ver una de esas típicas películas para estas fechas, la decepción está servida, y es que a estas alturas ni los más pequeños tienen interés en guiones ñoños que si años atrás funcionaban, a dia de hoy quedan desfasadas y se les ve "el plumero" en la pretensión de intentar realizar un producto comercial con algo que debería quedar en nuestros más entrañables recuerdos. Con "El Tiovivo Mágico" ocurre eso, un producto mítico de los años setenta retorna al presente de un modo esperpéntico y aburrido.

La historia original era fascinante y transportaba a los niños de aquella época a un nuevo mundo, la técnica stop-motion, que a día de hoy realizan muy pocos estudios en todo el mundo era responsable de gran parte de eso. De hecho, el autor del “Tiovivo Mágico” es el mismo que en su día creara las aventuras del oso Paddington, estamos hablando de Ivor Wood, el británico animador que trabajó para la cadena BBC en su programación infantil durante muchos años con gran éxito. La historia actual llevada al 3D e intentando competir con el mercado de animación americano, que en este momento es quien posee el monopolio de este tipo de cine, resulta insulsa, poco brillante y oportunista.

En definitiva, esta es una película que puede servir para que los muy pequeños se entretengan, pero poco más. No llega a tocarnos la fibra, ni siquiera a transmitirnos esa sensación de volver a ser pequeños y estar encandilados delante de algo. Y pese a que el cine de animación es algo admirable, hay casos como este que te hacen perder la desconfianza. Una pena.