Film

El Hombre del Tiempo | Gore Verbinski | EE.UU | Universal Pictures | 2005

El director de películas como “The Ring” o “Piratas en el Caribe”, no de las mejores cintas que haya visto precisamente, se encarga de dirigir este film sobre la vida misma, cargada de elementos abstractos que a la vez se vuelven materiales, como la propia existencia o el tiempo. La verdad es que mi escepticismo se ha vuelto credulidad al descubrir la última película de Gore Vrebinski.

"El hombre del tiempo" (The Weather Man) es un deliciosos relato sobre la situación personal de David Spritz, su protagonista, por un lado siendo uno de los más populares presentadores de la televisión de su país, y por otro enfrentado a la tragedia de haberse divorciado de su mujer, la enfermedad de su padre y los problemas con sus hijos. El papel principal lo interpreta Nicolas Cage, que no veíamos tan elocuente desde películas como “Adaptation”, y como actor secundario cuenta con el excelente Michael Caine, que da vida al personaje del padre de David, Robert, últimamente muy dado a interpretar el papel de padre anciano, aunque esta vez mucho más severo que en "Around The Bend" (A la vuelta de la esquina), película injustamente ignorada por la prensa.

Verbinki logra con The Weather Man, introducirnos en el mundo de un hombre, que como cualquiera de nosotros ha de tomar decisiones rápidas e importantes, y esto le supone un conflicto en su interior que hace que muchas veces las cosas no acaben saliendo como a él le gustaría. El director logra acercarse al público y nos mantiene atentos durante toda la cinta, haciéndonos vivir las sensaciones experimentadas por el protagonista, y rodeándonos de sus pensamientos y sus miedos, a través de una película dramática en su situación pero con ciertos toques de optimismo que no la vuelven del todo trágica, y que se centra en los sinsabores de nuestra propia existencia, porque todos, en un momento u otro nos hemos sentido alguna vez como David.

Seguramente The Weather Man, no se convierta en la típica película de masas, ni tendrá mención especial de cara a los consagrados Óscars, pero se trata de una pequeña perla que vale la pena ir a ver en un determinado momento, sea bueno o malo, de cualquier fin de semana, haga buen o mal tiempo, ya que al fin y al cabo la vida es tan imprevisible como el parte metereológico.