Nadie puede negar lo prolífico de la carrera de los origináriamente ingleses Piano Magic; 9 álbumes y una multitud de sencillos y EP’s desde 1997 demuestran que este conjunto no anda para nada falto de ideas. La banda, que nació como una agrupación de artistas multidisciplinar, se mantiene actualmente gracias a la creatividad inacabable de su eterno líder, Glen Johnson, con capacidad para mantener un sonido propio pese al paso de los años y a los múltiples cambios en su formación.
Otra cosa que nadie puede negar es que no hay dos discos iguales de Piano Magic: indietrónica pura en "Popular Mechanics" (1997), conceptualismo en "A trick of the sea" (1998), banda sonora para la película de Bigas Luna Son de Mar en 2001, post rock en "Disaffected" (2005)... La lista de estilos es interminable, y desemboca en "Part Monster" con un álbum redondo y cumplidor, más cercano al Pop-Rock Experimental que nunca. Temas como "The Last Engineer, Saints Preserve Us" y el single de presentación de este trabajo, Incurable, nos muestran a un Glen Johnson en su etapa más rockera tras diferenciar sus intereses en tres proyectos paralelos bien diferenciados: los presentes Piano Magic, Future Conditional para satisfacer sus tentaciones más electrónicas y Textile Ranch para los achaques más experimentales y paisajísticos. Con todo, este "Part Monster" conserva perfectamente la esencia de la formación: evocadores fragmentos instrumentales, introspectivos textos plasmados como susurros que no llegan a ser spoken word, múltiples capas musicales que se solapan en la perfección de la sencillez aparente y colaboraciones diversas, como la de Angèle David-Guillou de Klima –un clásico a estas alturas– o Guy Fixsen –de los también británicos Laika– quien, además de tocar el contrabajo en algunos temas, produce el disco. Muestras del Piano Magic más convencional como "Cities in Factories" o "Soldier Song" agradarán seguro al fan de discos como "Low Birth Weight" o incluso "The Troubled Sleep of Piano Magic".
De lo que no hay duda es de que Glen Johnson sufre el castigo universal de ser el hombre más melancólico que el mundo haya conocido y, para compensar tal desgracia, no hay nadie en este universo amenazador que exprese este sentimiento mejor que él mismo. No importa que Piano Magic roze la veintena de integrantes entre pasados y presentes, que se les haya metido en sacos tan dispares como la cold wave o pop de cámara o que alternen el tocar ante 10 personas con tocar ante 10.000. La nostalgia toma a manos de este cerebro y de sus semejantes múltiples formas y colores, para que cada cuál encuentre la que más le satisfazga y se entregue completamente a ella, dejándose llevar por el hilo argumental que haya escogido nuestro maestro de ceremónias particular. Personalmente me quedo con la oda al fin de la juventud que es "Halfway Through", con sólo de trompeta destilando tristeza pura y afilada, la tristeza de aquél que envejece y que, desgraciadamente, es demasiado consciente de ello.
No hablamos del mejor disco de los ingleses, pero puede participar en el concurso al más completo. Un disco sólido, sin cambios bruscos ni pluriestilismos dispares, con buenas canciones pero sin himnos memorables. El más maduro, si por madurez entendemos mantener el orgullo de la adolescencia aderezado con la templanza que sólo proporciona el paso de los años.