"Elegy" es la nueva película de la barcelonesa Isabel Coixet, que gracias a títulos como "Mi Vida Sin Mi", "Cosas que nunca te dije" o "A los que aman", impregnados de su huella personal, goza de un notorio reconocimiento incluso a nivel internacional. Pero los que esperemos demasiado de lo nuevo de la catalana, quizás quedaremos poco satisfechos, porque "Elegy" sin ser una mala película, tampoco pasa de ser correcta, pese a contar (en general) con unas buenas interpretaciones.
Quizás es que se nota demasiado que Coixet no ha tratado con tanto tacto el guión de esta película que no es suyo y que por ese motivo es más evidente esa frialdad o distanciamiento, sobretodo si tenemos en cuenta de que se trata de un encargo. La película peca en según que momentos de resultar pretenciosa y saltar demasiado de un extremo a otro, sin conseguir que el espectador se meta de lleno en la vida de los personajes, ya que en la primera mitad el film se centra en el amor y la atracción y en la segunda salta de repente, y casi sin venir a cuento, a los tormentos internos de los protagonistas. Esta falta de desarrollo provoca que la película se quede corta y que no se le acabe de extraer todo el jugo a la trama y al talento de los actores como podría haber sucedido si se hubiera llevado de otra forma. Por eso, pese a contar con actores de la talla del británico Ben Kingsley en el papel central o Dennis Hopper, nos da la sensación de estar viendo una película acertada y digna pero no sobresaliente ni especialmente original.
El guión de Nicholas Meyer, adaptación de la novela de Philip Roth, "El Animal Moribundo", nos narra el día a día de David Kepesh (Ben Kingsley), un carismático profesor, que seduce a las mujeres, aunque nunca llegando a nada serio con ninguna de ellas. Un día Kepesh conoce a Consuela (Penélope Cruz), una alumna recién llegada a su clase que lo tiene realmente fascinado y obsesionado, no solo por su belleza, sino por un gran sentido de su identidad que la hace única a sus ojos...
Como decimos el film puede llegar a decepcionarnos si esperábamos más, y aunque es en forma similar al cine de la directora, se echa en falta aquel toque tan personal que tienen sus películas, ese "no sé que" que aquí desgraciadamente no encontramos.
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