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Sésamo | “Cooking In The Larder” | Houston Party | 2003

Houston Party Records nos brinda el excitante debut de Sésamo, un colectivo audiovisual de Barcelona que estamos seguros dará mucho que hablar en los próximos meses. Y es que este “Cooking in the larder” es la obra que inicia un camino que esperamos sea muy fructífero donde música e imágenes se funden para deleitarnos sonora y visualmente. Musicalmente hablando se trata de un compendio de pequeñas obras que a pesar de su reducido tiempo de ejecución forman un puzzle que misteriosamente encaja a la perfección creando una obra mayor en envergadura. Videográficamente el CD se acompaña de un DVD (novedad en Houston Party Records) donde imágenes y música se integran enriqueciendo la experiencia. No hemos tenido la oportunidad de disfrutar del DVD pero ya os adelantamos que musicalmente deleita hasta límites insospechados en el panorama nacional. Por lo tanto, nos vamos a detener en su formato sonoro a la espera de poder disfrutar de una parte videográfica que de bien seguro no nos defraudará. “Brave Captain”, inicio de este sorprendente debut, irrumpe tímidamente, casi a hurtadillas cautivándonos en una melodía donde predomina la acústica y que se asemeja cadencialmente a Spain. “Golden Ray From The Sun” parece condensar en su tempo y en esa tímida voz ese dorado rayo de sol del título. Majestuosa. “What Are Victories For” es otro pequeño gran paso esta vez en busca de una melodía fruto de una imaginario cruce entre Pram y Piano Magic. “Mr. Quinn” irrumpe con fuerza distorsionada y distorsionando nuestros sentidos. “Tickling Stars” ahonda en la delicada sutileza de una instrumentación y melodía digna de figurar en la banda sonora de la huida en barca de los dos niños protagonistas en la mítica película “La Noche del Cazador”. “Urban Tumbleweeds” entra como pidiendo permiso. Lentamente. Con suavidad y con reminiscencias a unos Mojave 3 acústicos. Con “Ordinary Life” el post rock se hace un sitio acercándose a parámetros ya utilizados en bandas como Bark Psychosis. “Stranger in The Ground” nos atrapa en cierto desasosiego que desaparece en “Crisis”, la introducción perfecta para cualquier canción trip-hop. “Lunarama” parece retomar el post rock vía Tortoise. “Sunday Morning Aerial Tour” es la música de fondo para un delicado vuelo sin motor a través de un cielo lleno de guitarras que emanan cristalinas notas. “Glass” utiliza descaradamente la electrónica acercándose a parámetros que recordarían a Disco Inferno en clave trip hop. Y para rematar este disco de ensueño, “Let Us In” balbucea en lo que sería la electrónica industrial en una imaginaria cadena de producción a medio gas y en proceso de desaceleración. Por imaginar ... ¿nos aventuramos a calificarlo como uno de los discos del año?



por : Joan Casulleras y Rafa Piera

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Dakota Suite | "This River Only Brings Poison" | Houston Party | 2003

Por si no lo sabías, Dakota Suite es el nombre del inmueble neoyorquino donde residía John Lennon cuando un desequilibrado acabó con su vida. Y aunque Chris Hooson, padre de familia, educador en un centro de acogida para alcohólicos en fase terminal y cabeza visible de este duo de Leeds, se sintió marcado en un tiempo por la música de The Beatles, olvidaros de cualquier referencia a los fab four de Liverpool. Para los no iniciados en la música de este grupo con varios trabajos ya a sus espaldas y editados actualmente por el sello barcelonés Houston Party Records, un ejemplo de lo que nos ofrece Dakota Suite lo encontrareis en este triste, melancólico, nostálgico, pausado, de atmósferas lánguidas (que no aburrido), y en definitiva, estupendo "This River Only Brings Poison". Grabado entre San Francisco, Fremont, Nashville y Leeds con la ayuda de dos ex miembros de la banda que acompañó a Mark Eitzel en su aventura al frente de los siempre recordados American Music Club, Dakota Suite nos entrega otro más de sus monumentos sonoros esculpidos preferentemente en la tristeza y la frustración que junto a los buenos momentos inevitablemente emana el hecho en sí de la propia existencia. ("Escribo sobre mi vida y mis frustraciones ..." declara Hooson). La cuestión es que su música crea en mi la misma sensación que tengo, por ejemplo, al escuchar la música de Low o Dirty Three: la sensación de que escuchas algo grande y atemporal. Algo que te transmite mucho. Que te afecta. Que no te deja indiferente. Mención especial merecen también las bellísimas fotografías tomadas por Johana, la esposa de Hosson (que colabora también al clarinete) y que sirven de artwork para este larga duración. Lleno de un gran poder evocador, ³This River Only Brings Poison² acierta de lleno en el corazón y eso lo puedes comprobar tu mismo. Por ejemplo, en esa impronta que han dejado los ex American Music Club en maravillas como "The Leper's Companion", "How Safe We Must Seem" o "The Space Around Your Sleeping", en esa voz que parece confundirse con la música y que nos remite a Mark Kozelek en "Boats In A Sunken Ocean" y que tiene su continuación en un "Let's Share Wounds" que nos recuerda también a Red House Painters. En ese piano a lo Erik Satie en las cortísimas "The Finished River" y "We Made It Rain". En esa delicada voz femenina que acompaña a Hosson (¿será la voz de su esposa?) en la no menos delicada "Sand Fools The Shoreline". En esa voz a punto de quebrarse en "Let's be On Our Own", en esos instrumentos de viento que irrumpen perezosos en "The Ferris Wheels of Winter", o en ese reminiscencia a Low, Smog, Cat Power, Mojave 3, ... en la joya que es "Pillows in the Water", mi favorita del disco (difícil elección por otra parte). Para finalizar permíteme un consejo: déjate llevar por este río de Dakota Suite. Pero cuida en este viaje tu estado de ánimo. Escuchar este gran disco puede hacerte ver la botella medio llena, pero también medio vacía.


por : Joan Casulleras y Rafa Piera

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Snowglobe | Our Land Brains | Houston Party | 2002

Pasado y presente. Reminiscencias de clásicos como Beatles, Beach Boys, Kinks o Byrds pasados por el tamiz actual del indie rock. Afinidades sonoras a bandas contemporáneas como The Apples in Stereo, Neutral Milk Hotel y en general al colectivo del sello Elephant Six. Pop psicodélico. Folk de cámara. Experiencia sonora. Una lista de calificativos que se nos ocurre al primer contacto con el debut del cuarteto de Tennessee Snowglobe. Una amalgama de sonidos -provenientes de una muy variada instrumentación- e influencias antes mencionadas que componen un elegante y prometedor inicio de carrera que nos depara en su escucha grandes y siempre agradables sorpresas. Este es el super debut de dos amigos nacidos en Memphis que un día emigran a Athens y deciden iniciar junto a otros tres músicos su particular aventura en el mundo de la música. De regreso al hogar de Memphis se empieza a gestar este “Our Land Brains”, puesta de largo del grupo norteamericano. El disco se inicia con un “Waves rolling” que nos muestra un excelente e imaginario pop dream que podrían haber parido los mismísimos Byrds. En “Beautiful” cambian de registro y nos acercan a una también imaginaria feria donde una melodía de juguete a ritmo de vals martillea nuestros oídos hasta expandirse por todas nuestras neuronas. El disco está salpicado de pequeños intermedios instrumentales como el que antecede a una de las joyas indiscutibles de este trabajo: “Dreamworks”. Todo una regalo para nuestros oídos que irremediablemente nos arrastra con esa voz que resulta extraña y atrayente al mismo tiempo. El instrumental “Blue Balcons” parece que nos quiera hacer volver un poco la vista atrás a esa feria imaginaria de la que hablábamos anteriormente para luego con “Big City Lights” otras de las joyas indiscutibles, adentrarnos en el espíritu de unos Lullaby For The Working Class o “Adrenaline Mother”, ambas ritmos de un vals casi imposible y con presencia de instrumentos de viento. Cambio de rumbo fugaz en “Smiles and frowns”. Vuelta a la feria donde imaginarios y extraños seres interpretan una melodía que se retuerce y retuerce hasta derivar sorpresivamente en notas que nos arrastran a un estado de casi depresión. Otra vuelta de tuerca magistral. “Muse” es un intento de hacer una canción pop estilo Belle & Sebastián que sorprende y tiñe de cierto optimismo un recorrido hasta el momento más bien melancólico e irónico Pero “Stubber” nos devuelve a la realidad de unas composiciones donde predomina el otoño metafóricamente hablando y los instrumentos de viento y cuerda. Bonita. “Experiments” es la pista de despegue para un vuelo de sube y baja sin motor que no sabes adonde te llevará. Mil y un recovecos y cambios de dirección que pasan sutilmente hasta por la electrónica y los scratch. Otra joyita. “Playground” es otro remanso en el camino. Dulce, preciosa, melancólica y cantada con mucha delicadeza. Pura delicatessen. La coral “The Song That Frustrates Us” es una extraña composición que más bien nos recuerda a unos Polyphonic Spree a puertas del cielo (o del manicomio). Rayante e inconmensurable. El disco se cierra con la despedida que representa “Goodbye Dream” y el suspiro musical de la cortísima (apenas 4 segundos) “Thriller” que despide un álbum definitivamente sorprendente y recomendable al 100%. Otra master piece que el sello barcelonés Houston Party Records pondrá muy prontito a tu alcance en nuestro país. No te la pierdas.


por : Joan Casulleras y Rafa Piera

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The Tea Servants | “The Tea Servants Travel West” | Houston Party | 2003

Atrás quedó la necesidad de querer parecerse al croner sueco de la electrónica (nada más lejos de la realidad) en su celebérrima “I wanna Be J. J. Johanson”. Hit tan inesperado como contundente que les llevo a ser tan altos como el título del álbum que albergaba esa canción, “Higher” (2001). Pero ese disco era más que eso. Ahora tenemos la oportunidad de hacer un poco de justicia. Este nuevo larga duración es prueba fehaciente de que estos chicos afortunadamente en realidad nunca necesitaron parecerse a nadie y que con sólo la inspiración, el buen hacer y la pasión por lo que se hace se pueden conseguir cotas muy altas. Y en este viaje hacia el oeste podemos encontrar mucha inspiración y un puñado de buenas canciones que certifican la esplendida forma que atraviesa el cuarteto mallorquín. Han llenado el depósito, han cargado el coche de provisiones y como si de atravesar de costa a costa por la Ruta 66 se tratase, se han lanzado hacia el oeste para regalarnos un disco lleno de energía, pasión y romanticismo de carretera donde la aguja del depósito nunca baja por debajo del indicativo de reserva. Sólo necesitamos escuchar canciones con mil y un recovecos sonoros y vocales como el single de adelanto, “A Portrait”, con la peculiar voz de Steven Munar cantando viril y apasionadamente por su dicha con el corazón y las venas. “Mary Ann” o “Tender Love” nos recuerda por momentos la pasión que desprendían algunas de las canciones de sus paisanos Los Valendas, y eso es decir mucho. En “I Promise”, otra de las gemas, Steven parece transformarse en un Nick Cave interpretando uno de sus temas clásicos. ¡Que canción! Y la aguja sigue marcando el depósito lleno. “Your Travel West”, con esos coros femeninos dando el contrapunto junto con la voz de Desiré de Fine! que repite en la corta pero intensa “Please”. En “Rainy Day” bordan una preciosa canción para un día lluvioso. Y no menos bordada les queda “Tears” recordándonos que nunca encontraremos el camino fuera de nosotros. Y una vez en el oeste, “Shivers” con su toque country pone el punto y final a este viaje apasionante y apasionado. Con The Tea Servants, citando las palabras de “A Protrait”, no nos sentimos extraños en casa. Ahora sólo faltas tu.


por : Joan Casulleras y Rafa Piera

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The Tyde | "Once" | Houston Party | 2002

Entre tiempos de catarsis y actitudes montadas en cólera, se alzan colosos los chicos de The Tyde, uniendo los sonidos que enlazan al mundo occidental de lado a lado de la tierra. Ofreciendo unas melodías que nos empujan a los desgarros roqueros y a la fluidez psicotrópica de los primeros sesenta, tomando como referente a bandas de todos los tiempos. Enseñándonos la unión entre momentos reproyectados y sugerimientos venideros.

Candores que se deslizan a través de estos nueve cortes que componen el segundo trabajo de estos californianos que tras un e.p de tres canciones han demostrado ser dignos de mención, y no sólo por el hecho de que cuenten con gente como Dave Scher y Brent Rademaker entre sus filas, sino más bien en el hecho de firmar cosas como All My Bastard Children.

Dejando escapar rayos de sol por entre las grietas de corazones resfriados, retornando a momentos pasados en que todo parecía hermoso, susceptible de ser explorado y admirado. Pero no por ello dejando de clavar la mirada hacia delante y palpando la realidad hallada ante los ojos.

Y con una voz como la de Darren Rademaker (hermano de Brent. Todo queda en casa). Ostentando cierta delicadeza a la hora de mezclar coros, melodías detallistas y truncadas guitarras, a la vez acompañados por pianos y órganos que le dan el toque de desenvoltura que hace que nos sintamos aislados durante el proceso de escucha del disco, pero de un modo protector, reconfortante.



por : Sandra Castro

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Captain Soul | “Jetstream Lovers” | Houston Party | 2003

El nombre de una canción de The Byrds fue la inspiración para que en el año 2000 Neil Barrow, Jonh Garner, Adam Howorth y Martin Welsh se rebautizaran como Captain Soul e iniciaran una nueva andadura después de estar prácticamente en el dique seco musical durante demasiado tiempo bajo el nombre de Hooverdam. Tras su debut en un disco bien acogido por la crítica aunque sin demasiada trascendencia (“Beat Your Crazy Head Against the Sky”, 2001) el sello barcelonés Houston Party Records nos devuelve ahora en plena forma a estos chicos que parecerían tele transportados vía máquina del tiempo desde aquellos ya lejanos años 60 provenientes de las calidas costas californianas desempolvando una década vital para el devenir de la música. Porque Captain Soul se lucen en este “Jetstream Lovers” (2003) de portada tan bonita (dos cuerpos con los brazos extendidos que parecieran iniciar un vuelo sin final hacia un hipotético cielo de una California soñada donde la libertad estaba tan presente en esos años hyppies). Pensemos en los Byrds, Zombies, Beach Boys o Big Star y tendremos el combinado perfecto de influencias notorias en este excelente trabajo. Pensemos en como se las apañan este cuarteto de músicos con canciones como “I am a rolling stone” para conducirnos por los derroteros del rock clásico sin caer en lo trillado. Con canciones que no desentonarían en ninguna radiofórmula como hits caniculares y refrescantes como “It’s alright, It’s Ok” o “Make your day” (la medicina perfecta para levantarnos por la mañana con los ánimos por los aires). Con “Last Night” entran en terreno pantanoso aunque la cosa remonta con piezas como “Looking for love” o “Show me a way”, la búsqueda incesante de la canción pop perfecta (y casi que lo consiguen). “Mankiller” es una de las joyas de este trabajo que está esperando a que la descubras. Nuestra favorita. “She moves on water” se convierte en otra de nuestras preferencias. Power pop refrescante para el verano que se acerca. Y para finalizar “A new day” es como el atardecer en la playa. El sol se va. La piel caliente espera la crema hidratante para recuperar su anterior tersura. El ventilador es nuestro mejor aliado. Y de fondo, Captain Soul. Bonito, ¿eh?


por : Joan Casulleras y Rafa Piera

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Gallygows | “Give It To Her” | Houston Party | 2000

Ha pasado un tiempo desde que Gallygows editaran este “Give it to her” pero pensamos que en este especial merece nuestra atención por ser referencia importante dentro del catálogo de Houston Party Records. Este combo catalán formado por ex componentes de Parkinson dc y The Libs y con la colaboración de numerosos músicos que aportan su grano de arena, contó con la producción de un peso pesado de la música indie como es Jon Auer de The Posies. Gallygows miran hacia el otro lado del charco (Beach Boys, The Byrds o The Posies) y al pop británico capitaneado por los Beatles sin perder su toque personal y actual. El disco es una amalgama de sonidos que nos lleva desde la música más sixty a un sorprendente tecnopop como traca final que puede llevar el desconcierto a más de uno. Nada más lejos de la realidad, la propuesta Gallygows merece que nos adentremos en ella sin prejuicios. “My Citizen” es un sorprendente comienzo a lo Beatles que te va atrapando irremediablemente con ese crescendo arropado por violines. “All about you” nos trae el recuerdo de los mejores momentos de un día soleado de playa y salitre. El pop bien delineado se llama “Slow Emotional Replay”. “Wait” es un canto a un amor que se desvanece y se convierte en una de las más dulces canciones que se han parido en territorio nacional desde hace tiempo. “Tandoori’s choice” cambia de la desolación al optimismo que desprende ese pop fresco y cristalino con voz fémina al frente. “’Tone generator” se nos presenta como todo un despertar para nuestros sentidos con unas melodías que se retuercen, juegan en nuestros oídos y se convierten en la que a nuestro entender es la mejor muestra de que estos chicos valen su peso en oro. El clasicismo Beatles deja su impronta nuevamente en “Live at Budokan” y aunque nos llevan por caminos más trillados salen airosos del intento. “Things I’ll never tell you” los redirige a un pop eléctrico con sustancia y marca de la casa. En “Naked” recuperan el toque femenino y más popero en sus voces derivando hacia un tratado de optimismo emparentado con su anterior “Tandoori’s choice”. En “Mer-lines” nos regalan otra joya con otro crescendo en distorsión que encandila. “Goalkeeper” recupera la intimidad con una voz que se sale y una melodía que se pega a nuestro oído (otra de las mejores). Y para terminar “Roller disco combo” es recuperado y finiquita el álbum de manera sobresaliente en un drástico, tal vez irónico y casi diríamos que visionario cambio a lo que ahora llamamos indietrónica. Todo un hit Estos chicos no tienen ningún prejuicio. Notabilísimo comienzo. Es hora de rescatarlos o descubrirlos.


por : Joan Casulleras y Rafa Piera

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The Postal Service | "Give Up" | Houston Party | 2003

De ventana a ventana, desde Seattle a Los Angeles,y con la ayuda del correo interestatal, The Postal Service ha podido concretarse como una de las sorpresas de agradable sabor que el 2003 prometió ofrecernos.
The Postal Service nace, tras un año de gestión, de la creciente creatividad de Jimmy Tamborello y Ben Gibbard. Mientras el primero se sumerge en las posibilidades que la electrónica de matices lo-fi puede ofrecer para expresar emociones atemporales a través de la sencillez, tal como refleja en sus canciones como Dntel o como Figurine, el segundo forma parte de uno de los mejores grupos de pop de la escena actual, Death Cab for Cutie, al generar melodías de pequeña grandeza.
Tras colaborar conjuntamente en uno de los cortes del último disco de Dntel, The Postal Service surgió como un proyecto que contemplase la intuición de Tamborello para crear emociones mediante la extracción de calor a partir de fríos ritmos electrónicos, y la personal voz de Gibbard y su capacidad para redecorar melodías con emotivas letras llenas de optimismo y bellos sentimientos. Fruto de la química generada entre ambos, las diez canciones de Give Up configuran un excelente álbum, lleno de solemne romanticismo al servicio del pop.

El disco no oculta un notable paralelismo con el sonido technopop de los ochenta. Pero las capas de programación electrónica que configuran la estructura rítmica de las canciones son adornadas con gusto con efectos y arreglos orquestales de ensueño, teclados evocadores de optimismo minimal, puntuales notas de guitarra y cuidados coros protagonizados por Jen Wood y Jenny Lewis. Como resultado, baila con canciones como "Such Great Heights", "Nothing Better" o "Clark Gable", tararea la adicitiva melodía de "Brand New Colony", sueña con "Sleeping in" o "Recycled Air" e imagina viajes espaciales con "Natural Anthem". Con todo ello, disfrutarás de Give Up como lo que es, una interesante muestra de talento en ebullición.


por : Alfonso

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